La energía renovable, una inversión indispensable para el futuro del planeta

Hoy a nadie se le ocurre discutir la capacidad económica que es capaz de arrastrar, un mundo relativamente nuevo, como es el energético renovable. En el año pasado, 2018, la energía renovable fue capaz de invertir la friolera de más de 250.000 millones de euros.

A principios del 2010, la energía renovable representaba aproximadamente un 4% de la capacidad energética mundial, pero a finales del 2019 solo la energía eólica y la solar van a generar el 18% de la electricidad consumida en el planeta. Son datos del informe Tendencias globales de inversión renovable 2019 publicado por la ONU.

Si analizamos los datos en España, cerraremos el año 2020 cerca del 20% de energía final y si analizamos momentos puntuales podemos ver como solo la energía eólica a cubierto la demanda de septiembre en un 7,8%. En Canarias, los datos son, si hablamos del mix energético, un 4% de energía final con renovables. Si hablamos de cobertura de demanda en el sector eléctrico cerraremos el año en aproximadamente un 17%.

Como podemos imaginar, la carrera mundial no ha hecho mas que empezar y se afianza claramente en varias variables indiscutibles, en primer lugar y en orden no de importancia, podemos destacar el factor económico y su competitividad y eficiencia.

Cuando las tecnologías innovadoras maduran y son capaces de abaratar en diez veces a las competidoras, decimos que hay una disrupción y en este caso es evidente que el cambio ha llegado para quedarse. Si además vemos que aportan nuevas externalidades positivas que la hacen ser mucho más competitivas y eficientes, la competencia con las tecnologías tradicionales es claramente arrolladora en favor de la generación renovable.

Hoy las tecnologías solar y eólica están por debajo del euro por watio en plantas grandes y rondan el euro por watio en instalaciones más pequeñas y en autoconsumo. Esto representa una clara oportunidad por reducir costes y mejorar la balanza corriente y con ello las importaciones y nuestra excesiva dependencia de la materia prima exterior. Pero es que, además podemos mejorar nuestra imagen de marca turística comunicando nuestra responsabilidad con el cuidado del planeta.

En segundo lugar, la otra variable que soporta el destacado avance de estas tecnologías, lo motiva una urgente necesidad de lucha para salvar las actuales condiciones de la vida humana en el planeta. El planeta no desaparecerá a pesar del ser humano, pero el hombre y las sociedades actuales corren verdadero peligro y siempre según los informes del ippcc, panel intergubernamental de la ONU y la comunidad científica. Los importantes trabajos realizados acerca del cambio climático dejan meridianamente claro, cual es la situación de emergencia climática que vive actualmente la Tierra.

Me gusta pensar, que si el cambio climático no fuera real habría que haberlo inventado, porque las aportaciones innovadoras y disruptivas que trae esta necesidad están claramente orientadas a lograr un mejor planeta, que nos puede llevar a visualizar el que la gente sea más responsable y eficiente

No hace tanto tiempo, la renovable era tachada de cara y poco fiable. Esto hoy, ha pasado a la historia. La renovable es una inversión y no un gasto. Su mayor atractivo es su bajo coste, luego vienen las demás variables a tener en cuenta, con sus externalidades positivas, pero lo fundamental es que su competitividad es evidente y no hay tecnologías capaces de hacerle sombra por precio.

En definitiva, las renovables son la palanca fundamental para lograr un cambio urgente y fundamental en la responsabilidad de todos por cuidar nuestro entorno y nuestro planeta.

No solo hablamos de cambio climático, sino también de economía circular y búsqueda de soluciones sociales para para todos.

“La naturaleza nos ha dado el esplendor de la vida y como esplendida madre tenemos el deber de protegerla de todo peligro por ser dependientes de ella misma”. Cesar Manrique, 1992.