El que no corre, no vuela
Bueno, el refrán es al revés, pero sirve como introducción para una nueva reflexión sobre la situación turística en España y en particular en Canarias.
Miramos al cielo y prácticamente no vemos aviones. Hace poco, ver las típicas estelas blancas en nuestros cielos, era parte del paisaje, de una normalidad a la que nos acostumbramos desde que muchos nacieron.
Los menores de 40 años no conocieron otra cosa, para ellos, el turismo, con más o menos éxito siempre estuvo ahí, salía el sol, los aviones aterrizaban uno detrás de otro, a todas horas, todos los días del año, todos los años, sin aparente esfuerzo... era lo normal. Y España y Canarias prosperaron al calor de esta industria.
Pero nos paramos en seco. Y el cielo dejó de ser surcado por esos cargamentos de riqueza hacia nuestro país.
Cuando veamos los primeros aviones repletos de turistas atravesando nuestro azul, nos vamos a emocionar, nos tenemos que emocionar.
Todo apunta a que comenzamos a abrir nuestros hoteles, muy tímidamente en julio, poco a poco, abriendo uno el que tiene tres o dos el que tiene seis, con muchos miedos y dificultades el que sólo tiene uno, mirando de reojo a otros destinos, leyendo a diario los planes de los principales turoperadores, las declaraciones de las líneas aéreas, las noticias (y los BOEs) del gobierno español, británico o alemán...
Porque si una cosa debemos tener clara a estas alturas, es que la demanda, manda.
Canarias estima tener en julio un buen número de conexiones aéreas, pero no nos engañemos, se estima que en julio de 2020 tendremos un 8,5% de las plazas que tuvimos en julio de 2019. Nos queda por tanto por recuperar un 91,5% de las plazas de avión y eso es una barbaridad.
Todo lo que pensamos un día, se alborota y tenemos que volver a repensarlo al día siguiente con la nueva información que nos llega. Estamos necesariamente expectantes a las decisiones que se van tomando y el problema es que están llegando a cuentagotas.
La incertidumbre es enemiga de la confianza que necesitamos en el turismo. Las prisas también. Serán los menos los que se arriesguen a salir de su país, sin protocolos claros, subirse a un avión 4 horas para llegar a un destino que aún no ha definido sus reglas del juego y además, quizá, tener que pasar una cuarentena en su país al regresar por el simple hecho de haber viajado. Así no se puede.
Sabemos que la velocidad no puede estar reñida con el riesgo, pero llevamos ya más de 3 meses en esta situación y hemos tenido tiempo para identificar los puntos críticos, para decidir si test en origen, en destino o en ambos, tiempo para fijar las reglas del juego en el terreno laboral, fiscal, crediticio, normativo.
Más de tres meses no han sido suficientes para lograr arrojar la necesaria claridad que necesita el sector y necesitan nuestros clientes. Esta es la mala noticia.
Pero también hay buenas, ya tenemos las fronteras shengen abiertas, los ERTEs se prorrogan y flexibilizan, los TTOO y LLAA tienen unas ganas locas de operar..
Además, en este mismo contexto Baleares comenzó a recibir turistas, hasta 10.900 en una prueba piloto (en el primer avión iban 20 periodistas alemanes), en 47 aviones hasta el 30 de junio. A todos se les sometió a un cuestionario, informaron donde se alojarían y aportaron un teléfono, además de tomarles la temperatura en el aeropuerto y tener alojamientos preparados para la eventual aparición de algún positivo. Si les va bien a ellos, será una gran noticia para todos.
Que duda cabe que nos persiguen incógnitas importantes, como es el caso del Reino Unido, con una inoportuna cuarentena implantada a toda persona que entre en el país, como es en qué situación quedará la turoperación europea y, sobretodo, como quedará de tocado el sector de la aviación.
Es justamente en este ámbito que puede activarse una de las palancas de progreso fundamentales para Canarias, es decir, la creación de una línea aérea de carácter turístico con capital y obediencia canaria. Es un tímido y fantástico inicio, pero como dice el dicho, “la más larga caminata comienza con un paso”
España y Canarias deben avanzar en el control de las riendas de su destino turístico y para ello es inaplazable meter la cabeza en el sector aéreo, y, porqué no, en el de la turoperación, a la par que incrementamos la desintermediación y el refuerzo de los canales de contratación directa.
No sólo se trata de recuperar el negocio perdido, sino también de que del volumen de negocio que se genere, el mayor porcentaje posible quede en nuestra tierra. Debemos ser capaces de lograr introducirnos en toda la cadena de valor y ser actores principales de las decisiones que se toman en los diferentes eslabones de la misma.
En definitiva, además de armarnos de paciencia, debemos armarnos de herramientas.
Salir reforzados de esta crisis, en los próximos años, es posible. Es necesario y podemos lograrlo. Hacen falta visión y pasión y de eso, tenemos mucho.
Manos a la obra.
Artículos Relacionados
- Esperanza ante la incertidumbre
- El turismo en la encrucijada
- La internacionalización más allá de las epidemias (COVID-19)
Sobre el Autor
Alberto Bernabé
Economista por la Universidad de La Laguna, estudió un año en los Estados Unidos y posee un programa de alta dirección por el Instituto Bravo Murillo.
Tiene una dilatada experiencia de 25 años en el sector turístico y en gran medida en el sector público.
Inició su andadura profesional en la patronal hotelera Ashotel, como responsable de los programas de formación y empleo de los hoteles de la provincia de SC de Tenerife.
Posteriormente, se le encomendó crear lo que sería la Sociedad de Desarrollo de la cocapital de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, gerenciando la misma durante 4 años.
En 2004 es nombrado gerente de la sociedad pública del Cabildo de Tenerife, Turismo de Tenerife, labor que ejerce durante 8 años.
En 2011 tiene su primera experiencia política, convirtiéndose en Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de la capital de la isla, con la responsabilidad del área de hacienda, patrimonio y tecnologías.
Ya en 2015, se convierte en Vicepresidente y Consejero de Turismo y Acción Exterior del Cabildo de Tenerife. Hasta junio de 2019 ostenta por tanto las competencias plenas en Turismo de Tenerife, como Presidente y todas las funciones inherentes al sector, además de CEO en Teleférico del Teide. En junio de 2019 pasa a ser Consejero en la oposición, hasta febrero de 2020 en que devuelve su acta para dedicarse al sector privado
En la actualidad, es Asesor Turístico y PwC Senior Advisor en España.
Colabora en las temáticas de internacionalización y turismo.