Organizaciones Disruptivas

Si una empresa quiere sobrevivir tiene que ser capaz de responder a las tendencias del mercado y los avances tecnológicos, con una mentalidad renovada a nivel empresarial y humano. Por eso, el concepto disruptivo no sólo se refiere a las tecnologías o a la innovación, sino que aplica también a las organizaciones empresariales.

Las empresas de la época industrial se organizaban en base a planteamientos taylorianos o jerárquicos (Teoría X) y se enfocaban en el ordeno y mando, asumiendo que el mantra de sus colaboradores era: “odio mi trabajo y lo realizo sólo por dinero. No deseo pensar por mí mismo, sino hacer lo mínimo posible.” En ese contexto, para conseguir mayores resultados, se utilizaba el incentivo tipo zanahoria, ya que no se esperaba ninguna iniciativa.

Esta teoría fue reemplazada por la Teoría Y, basada en conceptos como estrategia y objetivos, que presuponía otro tipo de mantra: “me gusta trabajar, es parte de mi vida y estoy dispuesto comprometerme y hacerlo bien, siempre que consiga la responsabilidad y el reconocimiento que merezco.” En este modelo, se delega la responsabilidad y se reconoce al trabajador por sus méritos, potenciando su iniciativa.

Hace más de 25 años surgió un tercer tipo de teoría, Teoría Z, inspirada en algunos valores de la empresa japonesa y enfocada en el orgullo de pertenencia. El nuevo mantra era: “quiero una carrera profesional a largo plazo y creer en lo que hago. Necesito conectar con un propósito.” Era un enfoque que perseguía aportar sentido al trabajo, trascendencia.

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Las tres teorías podrían coexistir en la actualidad, dependiendo del tipo de negocio, pero el paso de una a otra conlleva unos beneficios muy claros. Pasar de la X a la Y, aporta empoderamiento a los trabajadores (empowerment) y pasar de la Y a la Z, les aporta transcendencia y genera una implicación responsable (ownership) que conlleva múltiples ventajas.

La Teoría Z, que podríamos denominar Dirección por Propósito, tiene la fuerza de una misión compartida (razón de existir), de una forma de ser (valores) y da cabida al sentido individual y colectivo (misión compartida -en cascada- y objetivos acordes). Aporta conexión, orgullo de pertenencia y una gran motivación para hacerlo lo mejor posible, permanecer y transcender. Dicen que es propia de empresas de cuello blanco y servicios, aunque resulta válida para cualquier empresa que quiera dar un enfoque humanista a su organización y, eso sí, requiere un liderazgo convencido.

¿En qué afecta la realidad disruptiva a las organizaciones?

Salim Ismail se hizo conocido a nivel mundial por su libro “Organizaciones exponenciales”, en el que analiza los elementos que han provocado que en el siglo XXI hayan aparecido startups tecnológicas capaces de convertirse en gigantes en muy pocos años. De él y de sus conferencias, he extraído conclusiones muy interesantes sobre cómo afecta el fenómeno disruptivo a las organizaciones y a lo laboral.

Dice Ismail:“La realidad se acelera y si no reinventas tu oficio cada cinco años, te quedas sin ninguno.”

Una de las limitaciones de las empresas tradicionales, por moderna que sea su organización, es su lentitud de respuesta frente a la innovación. Cuando toman consciencia de lo que deberían realizar, ya es demasiado tarde. Además, la experiencia juega en su contra, porque es necesario acoger el error como parte del acierto y eso no resulta fácil en empresas con cierta tradición.

“Cuando innovas te atacan los anticuerpos de tu propia empresa”, afirma Salim Ismail

Cuando eres innovador en una empresa, molestas a la jerarquía, que reacciona intentando eliminarte y así acaba por cargarse su única posibilidad de sobrevivir. Para pertenecer a ese mundo nuevo, se requiere tener la humildad de someterse a ciertas reglas, pero también el orgullo suficiente para trascenderlas, dejando atrás la vieja soberbia de pretender saberlo todo e incorporando el error. Un entorno disruptivo exige aprendizaje y error permanente, aunque la creatividad, como la música o las matemáticas, se produce en el marco de determinadas reglas, que provendrán del entorno empresarial adecuado.

¿Cómo se organizan las empresas disruptivas?

Para favorecer la innovación acelerada dentro de las empresas y que la propia organización no los neutralice, se necesitan sensores externos capaces de anticipar los cambios y crear unidades libres que trabajen por su cuenta y sin restricciones.

Decía Steve Jobs que la organización adecuada para innovar es la de una startup, es decir, por proyectos y no por funciones. En este tipo de organización, es más importante tu rol que tu perfil funcional, y desde él contribuyes. En las reuniones, no se habla sólo de un área determinada, sino que se revisa un proyecto con la perspectiva completa del negocio. Se trabaja de forma simultánea y en equipo, en relaciones basadas en la confianza de que los demás harán su parte. Todos los colaboradores tienen la oportunidad de aportar ideas, contribuir, decidir e incluso señalar los errores de sus propios jefes, si es necesario.

Los organigramas para este tipo de organización podrían ser diversos, pero desde luego, descentralizados e integrales, horizontales o incluso circulares (holocracia). Las relaciones son por proyectos y con un propósito común. El centro de la organización es el cliente y cada unidad está interrelacionada con las demás, todas son necesarias y ninguna con sentido sin el resto. Además, el empleo bajo demanda se convertirá en tendencia, porque tendrá poco sentido contratar personal estable cuando no se sabe cómo va a ser su negocio a dos años vista.

Para completar la perspectiva sobre las organizaciones disruptivas, os incluyo la lista de 10 similitudes que se publicó hace un tiempo en expansión (Ángel Bonet):

  • Se organizan por proyectos y sus líderes coordinan el resto de los miembros, incluso si son de categoría jerárquica superior.

  • Todo gira alrededor del cliente: los procesos y las prioridades estratégicas buscan la máxima satisfacción del cliente.

  • La información de clientes y operaciones está centralizada. Los algoritmos e Inteligencia Artificial son clave para operar de forma inteligente el negocio.

  • Personal comprometido y de confianza. El bienestar y autorrealización de los colaboradores son prioritarios (foco: orgullo de pertenencia).

  • Integran a los proveedores en la cadena de valor (socios) en un modelo win-win, y participan de decisiones estratégicas, con total transparencia.

  • Externalizan todo lo que no sea el negocio troncal, incluso la I+D+i.

  • Organizaciones planas, sin cargos intermedios, por objetivos y/o proyectos, con pocos niveles jerárquicos, eliminando burocracia y reuniones improductivas.

  • Gestionan con indicadores para medir “el qué” (KPIs: financieros y estratégicos top-down) y “el cómo” (OKR: indicadores operativos).

  • Colaboradores bajo demanda: contratan colaboradores por proyectos en cualquier parte del mundo, para poder trabajar con los mejores profesionales.

  • La innovación es el corazón de la compañía. Es un proceso estructurado y obsesivo. Cada año se reinventan antes de que lo haga su competencia.

Las organizaciones disruptivas buscan trascender, dejando un legado en la historia y, además, son socialmente responsables, porque lo lleva implícito su ADN transgresor por su propia voluntad de trascendencia.

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Sobre el Autor

María-José Dunjó

María-José Dunjó

Su pasión es el cambio y la reinvención profesional desde hace 15 años, cuando inició una nueva andadura profesional al reinventarse de ingeniera a consultora de transición profesional, tras 12 años en multinacionales tecnológicas.

Ofrece servicios de consultoría, formación y comunicación para profesionales y empresas en circunstancias de cambio (presenciales y online). Además, gracias a los proyectos realizados para más de 500 clientes y a la amplia red de colaboradores que ha ido tejiendo, ha conseguido que la experiencia de sus dos etapas profesionales sume, facilitando el encaje con cada necesidad de cambio de sus clientes, tanto en ámbito de negocio y empresa, como en el de operaciones y procesos de renovación profesional y organizacional según las tendencias del mercado.

Su labor es aportar introspección, organización, planificación, comunicación y renovación, en línea con los objetivos que se plantean.

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