Liderazgo y emociones
¿Es posible gestionar un grupo y obtener lo mejor de ellos dejando de lado las emociones? Rotundamente no.
No hace mucho escribía, en un artículo titulado “Recursos Humanos y gestión pública eficiente”, que haberme encontrado, en mis años de gestión de personas en el ámbito público, un capital humano generoso y comprometido no había sido cuestión de suerte.
Para ello, decía, es preciso haberse dotado de estrategias y habilidades que nos permitan pasar de una gestión puramente administrativa de los recursos humanos a una gestión moderna, basada en las personas, logrando lo mejor de cada una y aprendiendo de ellas, buscandoun sistema en el que las relaciones profesionales se basen en la confianza y la cooperación mutua.
Es común observar responsables que ejercen el mando despojados de estas habilidades para la dirección; personas que, a pesar de disponer de múltiples cualidades intelectuales o profesionales, carecen del entrenamiento, el talante o, al menos, la disposición para convertirse en el referente de su equipo.
Cuando se trata de relaciones humanas, la inteligencia social y emocional son básicas para que, partiendo de la comprensión y el respeto, se asiente un verdadero equipo de trabajo.
Para lograr la mejor actitud de tus colaboradores, has de ser un líder apasionado, evidenciando que disfrutas con su trabajo, mostrando y transmitiendo la seguridad y confianza que les ayudará en su labor cotidiana, y compartiendo, de la forma más sincera posible, tus preocupaciones y también tu optimismo.
Gestionar personas, o emocionalmente dicho, tratar y relacionarse con las personas, lleva aparejado poner nuestro empeño en procurar conocerlas, en saber cómo se sienten e intentar entender las dinámicas emocionales que subyacen en su quehacer diario. Si dedicamos parte de nuestro esfuerzo a ello, no sólo conseguiremos una mayor implicación y eficacia,sino también lograremos el efecto contagio tan necesario para que el trabajo en equipo fluya.
Liderar un equipo supone liderar emociones y esto lleva aparejado una gran responsabilidad para quien ejerza ese liderazgo, pues también ha de ser un referente de integridad, de autocrítica, de implicación,capaz de mantener el control, mostrando sensibilidad y comprensión y, por encima de todo, no comprometiendo los valores de su equipo.
A su vez, debe tener la habilidad de compartir su liderazgo, sin temor a que sus colaboradores se doten de autonomía, iniciativa y libertad, pues la fortaleza del equipo también reside en que cada uno de ellos asuma la responsabilidad que le corresponde.
Un líder que no capacita a sus colaboradores y no confía en sus posibilidades sufrirá el peso de tener un equipo dependiente, que busca constantemente su aprobación, autómata y sin iniciativa; en definitiva, un grupo que no interactúa, no innova y difícilmente es creativo.
Puedo afirmar, sin género de dudas, que a lo largo de estos años de experiencia he obtenido mayor rendimiento de los equipos de trabajo que me ha tocado liderar cuando más he entendido y respetado sus emociones; cuanto más me he preocupado por su bienestar, sus inquietudes y preocupaciones, más me han dado, más me han inspirado y más me han hecho crecer.
Se trata, pues, de tener siempre presente que trabajamos con personas, de ser conscientes de su necesidad, por encima de todo, de saberse y sentirse importantes y necesarias para la organización.
No perdamos la oportunidad de que pasen por nuestras vidas sin, al menos, eso.
Artículos Relacionados
- Edadismo laboral y Talento
- La jornada laboral va a morir
- Cómo mejorar tus ofertas de empleo y conseguir más y mejores candidatos
Sobre el Autor
Mónica Ramírez
Licenciada en derecho, es funcionaria de carrera con más de 20 años de servicios en la Administración Pública, tanto en el ámbito municipal como insular y autonómico, fundamentalmente en el entorno de los recursos humanos.
Su perfil de Twitter reza: "Trabajar con personas, luchadora y entusiasta. Amo lo que hago". Confiesa que le apasiona dedicarse a esta "ingrata pero emocionante" tarea con la que cada día aprende y crece.
Actualmente desempeña como Secretaria General en el Servicio Canario de Empleo, tras sus pasos como Secretaria Territorial de Educación, Jefa de Servicio de Recursos Humanos en la Agencia de Protección del Medio Natural o en la Jefatura de Personal en el Ayuntamiento de Pájara, entre otros, siempre cerca de las personas, trabajando por y para ellas.
Le mueve el aprendizaje por lo que emplea gran parte de su tiempo a capacitarse, siguiendo distintos cursos de especialización, participando en foros y debates o como asesora en red, además de haber dedicado más de seiscientas horas de docencia a formar personal de la Administración en este ámbito.
Colabora en la temática de Recursos Humanos.
Julio V. Gutiérrez
Magnífico artículo en consonancia con su trayectoria ptofesional: solvencia, ilusión, empuje y mucha humanidad. Enhorabuena.
Responder