Aprendizaje invisible y futuros profesionales
“La educación es la que nos va a llevar al futuro que no podemos comprender todavía.” Sir Ken Robinson
El aprendizaje invisible nos capacita de forma continua e informal a través de nuestras interacciones cotidianas. Está muy vinculado a lo intuitivo (sistema límbico) y aparece de forma espontánea, mientras fluimos con lo que hacemos o incluso mientras buscamos otra cosa. Es muy relevante en nuestro desarrollo, porque cinco de cada seis cosas que aprendemos provienen de lo invisible.
Es un concepto que surge en el ámbito educativo, en pleno boom 2.0 en 2007, de la mano de John Moravec (también creador del concepto knowmad: nómadas del conocimiento) y de Cristóbal Cobos. Estos autores identificaron una serie de aprendizajes fuera de los cauces tradicionales que, desde su perspectiva, evidenciaban la necesidad de nuevas herramientas, pedagogías y prácticas para incorporarlos a la educación y poder formar estudiantes nómadas, destinados a ser expertos en entornos laborales inciertos.
El aprendizaje invisible, más que una teoría sin más, es una meta-teoría integradora de ideas y perspectivas diversas para la creación de futuros relevantes, que favorece la curiosidad y la conexión entre los entornos de aprendizaje y el mundo real.
“Desde muy niño tuve que interrumpir mi educación para ir a la escuela”, George Bernard Shaw (Premio Nobel, 1925)
¿En qué se diferencia la educación invisible de la tradicional?
“Lo esencial es invisible a la educación formal, que no ha estado a la altura de los desafíos que plantea la sociedad del conocimiento.” Cristóbal Cobos
Para entender la situación, es necesario analizar los 5 ejes o axiomas que ciegan a la educación formal con respecto a la educación invisible:
1. Existen competencias no evidentes que son invisibles en los entornos formales.
Los sistemas de evaluación de la educación formal no incentivan procesos de aprendizaje alternativos, ni tampoco el error. Estimulan la repetición y la memoria más que la creatividad, que es la fuente de los nuevos aprendizajes y se favorecería con la aceptación de la posibilidad de equivocarse.
Las evaluaciones oficiales son ciegas al reconocimiento de las competencias y habilidades no tradicionales, que son los “diamantes en bruto” del futuro.
2. Las tecnologías de información y comunicación (TICs) se hacen invisibles.
La tecnología que se crea entre los 15 y los 35 años de una persona tiende a ser en la que la persona desarrolla durante toda su vida profesional. No se aprecia la que existía antes de los 15 años, porque es lo natural, ni tampoco la posterior a los 35 años, porque parece atentar contra el orden natural de las cosas, ya que cuesta más adaptarse y actualizarse a ella.
La cuestión es: ¿Cómo podemos estimular la capacidad humana para generar, conectar y reproducir nuevos conocimientos de manera continua (al margen de tecnologías específicas y sin renunciar a la adaptación y actualización constante)?
3. Las competencias adquiridas en entornos informales son invisibles.
La prueba PISA (instrumento de evaluación que se aplica regularmente a los estudiantes de 15 años) muestra una segunda brecha digital, que no es la conocida “brecha del acceso a los dispositivos tecnológicos”, sino que tiene que ver con la calidad de su utilización (buen uso).
No es fácil identificar logros educativos por el uso de la tecnología, al contrario de lo que sucede en otros entornos de transferencia de conocimiento (como el hogar). Potenciar este tipo de competencias requiere transformarlas de tácitas a explícitas en los entornos tradicionales.
4. Las competencias digitales resultan invisibles.
Aunque las valoramos como muy necesarias, las competencias digitales son invisibles por dos motivos:
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Se manifiestan al aplicar el pensamiento complejo para resolver algo, más allá de por el hecho de conocer la competencia tecnológica en sí misma.
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su aprendizaje sucede mientras hacemos otra cosa y se adquieren en entornos informales de colaboración e interacción (de forma no inducida).
5. Hay ciertas prácticas a erradicar que todavía se utilizan en la educación.
Existen dinámicas y métodos pedagógicos que requieren una revisión urgente, aunque fueran efectivos en su día, como los basados sólo en el uso de la memoria, que hacen acumular conceptos para luego olvidarlos a velocidad vertiginosa.
¿Qué tiene que ver el aprendizaje invisible con el mundo laboral?
Existe la tesis de que las tecnologías son el pasaporte a la modernidad, pero también la antítesis de que la evolución tecnológica sigue un ritmo exponencial, mientras que la educación ni siquiera lo hace de forma lineal. Por eso, más que exigir que la educación siga el ritmo de la tecnología, se tratará de trazar puentes entre ambas y conseguir un compromiso entre ambas premisas.
Esa es la principal herencia que podemos dejar a los más jóvenes: facilitarles un aprendizaje como seres completos, más allá del tradicional, que les capacite para afrontar un futuro imprevisible (que nosotros quizá no veamos) para que puedan hacer algo de él. Aportarles un aprendizaje coherente con el contexto de sociedad líquida, educación líquida o trabajo líquido en el que estamos inmersos .
Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación formal. Frase atribuida a Albert Einstein
En lo profesional, el aprendizaje invisible es la respuesta al CÓMO
Cuando experimentas una transición profesional, sea de cambio o reinvención, pasas por varias fases que te llevan a responder preguntas clave. Primero, QUÉ hacer. Después, PARA QUÉ y PARA QUIÉN lo harás. Después, atendiendo a la teoría del Círculo Dorado de Simon Sinek, hasta serás capaz de identificar el POR QUÉ e incluso aprenderás a comunicarlo. Sin embargo, el CÓMO es la última de las respuestas que se desvela y es una de las más importantes, nuestro DESDE DÓNDE hecho catálogo.
El CÓMO es la diferencia que aporta valor, nuestra manera de ofrecer nuestro talento único a los demás. Conecta con nuestra parte más intuitiva y experimental que, en general, se muestra de forma alternativa. Por eso, antes solía decir que del CÓMO se encargaba el universo, pero ¿para qué dejarlo a sus expensas si podemos actuar sobre él?
El aprendizaje invisible acelera el CÓMO, que es la llave de la creatividad y de todas nuestras contribuciones profesionales de valor.
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Sobre el Autor
María-José Dunjó
Su pasión es el cambio y la reinvención profesional desde hace 15 años, cuando inició una nueva andadura profesional al reinventarse de ingeniera a consultora de transición profesional, tras 12 años en multinacionales tecnológicas.
Ofrece servicios de consultoría, formación y comunicación para profesionales y empresas en circunstancias de cambio (presenciales y online). Además, gracias a los proyectos realizados para más de 500 clientes y a la amplia red de colaboradores que ha ido tejiendo, ha conseguido que la experiencia de sus dos etapas profesionales sume, facilitando el encaje con cada necesidad de cambio de sus clientes, tanto en ámbito de negocio y empresa, como en el de operaciones y procesos de renovación profesional y organizacional según las tendencias del mercado.
Su labor es aportar introspección, organización, planificación, comunicación y renovación, en línea con los objetivos que se plantean.