Aprendizaje intencional en tiempos de reskilling

El reskilling (reciclaje profesional o actualización de capacidades) es mucho más que una moda. Se trata de una necesidad urgente, tal y como alertó el Foro Económico Mundial (WEF, World Economic Forum) antes de la crisis sanitaria llegara y le diera aún más velocidad al proceso. Para algunas personas, la capacidad de reciclarse entraña un gran esfuerzo y por eso, es importante resaltar que aprender es una habilidad en sí misma, cada vez más demandada, además de una ventaja competitiva capaz de impulsar vida personal y profesional en estos tiempos cambiantes.

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Las personas que dominan el aprendizaje intencional consiguen desarrollarse a mayor velocidad que las que no lo hacen, desplegándolo ante cualquier oportunidad y poniéndolo al servicio de su crecimiento profesional y de las organizaciones para las que trabajan. Por eso, he querido dedicarle este artículo (basado en que publicó hace unos meses la consultora McKinsey) y porque este tipo de aprendizaje se puede cultivar, según exponen algunos expertos en aprendizaje (Lisa Christensen, Jake Gittleson y Matt Smith) en base a sus investigaciones.

¿Cómo cultivar el aprendizaje intencional?

El aprendizaje intencional tiene que ver con la mentalidad y con determinadas actitudes. La mentalidad, una vez entrenada, hace que operes bajo su paradigma de modo inconsciente, sin requerir un esfuerzo adicional. De ese modo, puedes conseguir resultados mejores y convertir cada experiencia, conversación, reunión o interacción en una oportunidad de desarrollo y crecimiento. Todos podemos convertirnos en aprendices intencionales ajustando dos creencias o rasgos de la mentalidad críticos, crecimiento y curiosidad, e incorporando cinco prácticas básicas (conductas) que se describen a continuación.

Primer rasgo: mentalidad de crecimiento o “poder del todavía”

Carol Dweck, experta en mindset psicológico de la Universidad de Stanford, distingue dos tipos de mentalidad: fija o de crecimiento. La mentalidad fija está asociada a la creencia de que eres como eres y, por lo tanto, tus capacidades están disponibles ahora o no lo están, ni lo estarán. En otras palabras, se trata de un pensamiento “binario” (todo o nada), de enfoque perfeccionista que Dweck denomina la dictadura del ahora. Es decir, es una creencia limitante que genera estrés y huye constantemente del error, ya que no contempla el no saber, fallar o fracasar como algo natural que contribuye a nuestro aprendizaje.

La mentalidad del crecimiento, sin embargo, se basa en la creencia del todavía y considera una curva de aprendizaje que deja espacio para la transformación. Creer que todavía no soy capaz, pero que puedo llegar a serlo, tiende un puente entre lo que soy ahora y lo que puedo llegar a ser. El todavía, te permite aprender de los errores y transformarte, considerando la sabiduría como un proceso. La mentalidad de crecimiento te libera del perfeccionismo, al permitirte equivocarte y te da permiso para cambiar, evolucionar y crecer. Se basa en que la inteligencia y las capacidades se cultivan, por lo que el error no se identifica con la falta de inteligencia, sino que es un indicador de tu desarrollo, permitiéndote disfrutar del proceso de aprendizaje con independencia del resultado obtenido.

Segundo rasgo: mentalidad de curiosidad

La curiosidad es otro rasgo de la mentalidad asociada al aprendizaje intencional y también se puede cultivar, incluso en aquellas personas que no se consideran curiosos de manera natural. Es la chispa, el detonante del aprendizaje y tiene que ver con la conciencia, la apertura a nuevas ideas y la capacidad de establecer conexiones entre conceptos dispares.

La investigación realizada por los expertos del artículo de McKinsey considera que la curiosidad es importante por tres motivos principales: es la inspiración, correlacionada con la motivación para aprender, que dota de ritmo al proceso de aprendizaje. En segundo lugar, te conecta con el círculo virtuoso de autoaprendizaje, que se retroalimenta. Por último, no tiene edad y será útil en cualquier momento de tu trayectoria, pues evoluciona con la motivación.

Cinco prácticas de conducta para el aprendizaje intencional

Una mentalidad de crecimiento y curiosidad es el combustible del aprendizaje intencional, pero para modular su potencial y dirigirlo para una máxima efectividad, es importante considerar cinco prácticas de conducta:

  • Establecer metas claras y tangibles (intención palpable) para avanzar con la curiosidad como herramienta y no como fuente de distracción. Afianzar el aprendizaje fijando pequeñas metas sucesivas que permitan el avance continuo, en conexión con la meta final.
  • Proteger el tiempo de aprender (eliminar distracciones). Comprometerse con el aprendizaje asignándole la prioridad correcta en nuestra agenda y dotándolo de apertura y flexibilidad, para incorporar lo que vaya siendo necesario cuando las circunstancias vayan cambiando.
  • Búsqueda activa de feedback (alineamiento con otros). El aprendizaje intencional no sólo requiere feedback (retroalimentación), sino que lo fomenta para evitar puntos ciegos que ralenticen o incluso detengan el proceso. Algunas pautas deseables son: enfocar el feedback previamente, solicitar concreción y ejemplos, establecer acciones específicas de mejora y buscar asesoramiento experto.
  • Prácticas específicas de crecimiento (prácticas de mejora). Siguen el patrón de probar, fracasar, corregir y refinar tu enfoque, sucesivamente. No se trata de insistir, sino de realizar actividades dirigidas justo al nivel de desafío que todavía no dominas, para ir ampliando tus habilidades: no demasiado fácil, ni tampoco respetitivo (es decir, centrado en tus capacidades actuales).
  • Reflexión regular (ajustes de progreso). La reflexión regular que requiere el aprendizaje intencionado se debe realizar en tres momentos: antes, durante y después de la actividad, reforzando la sensación de autoeficacia, para iniciar el ciclo beneficioso de construcción de confianza que nos prepara para ser aún más eficaces a futuro y favorecer la autoconfianza ante nuevos desafíos.

No lo dudes, para reciclarte de forma eficaz ¡dale intención a tu aprendizaje! y avanza hacia el futuro marcando la diferencia…

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Sobre el Autor

María-José Dunjó

María-José Dunjó

Su pasión es el cambio y la reinvención profesional desde hace 15 años, cuando inició una nueva andadura profesional al reinventarse de ingeniera a consultora de transición profesional, tras 12 años en multinacionales tecnológicas.

Ofrece servicios de consultoría, formación y comunicación para profesionales y empresas en circunstancias de cambio (presenciales y online). Además, gracias a los proyectos realizados para más de 500 clientes y a la amplia red de colaboradores que ha ido tejiendo, ha conseguido que la experiencia de sus dos etapas profesionales sume, facilitando el encaje con cada necesidad de cambio de sus clientes, tanto en ámbito de negocio y empresa, como en el de operaciones y procesos de renovación profesional y organizacional según las tendencias del mercado.

Su labor es aportar introspección, organización, planificación, comunicación y renovación, en línea con los objetivos que se plantean.

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