Si el programa no me funciona, ¿a quién debo llamar?
La transformación digital es un proceso que no solo aplica a la evolución que pueda tener la tecnología en el mercado para llevarla a los negocios sino que implica la conceptualización de las tareas de la empresa para transcribirlas al mundo digital. Lo más complicado es describir los procesos dentro de la empresa, determinar el valor que aportan a la organización y por último clasificarlos.
Por tanto, la transformación digital aplica a la relación con los clientes actuales y potenciales, los proveedores, la propia organización interna, la administración tributaria, la competencia o el resto del mercado. Afrontar un proyecto de transformación digital debe ser valorado como algo transversal a todos los actores implicados.
Son muchas las empresas que por imitar a sus competidores toman decisiones sobre tecnología con la intención de materializar la transformación digital sin tener en cuenta las peculiaridades de su negocio y obteniendo un fracaso en la implementación a corto o medio plazo. Pero, ¿cuáles son los motivos de estos fracasos?
Al comenzar a usar un programa en las empresas sabemos que se puede encontrar* resistencia al cambio en el modo de trabajar , en el tiempo de dedicación para que el cambio se produzca, a la capacitación que se debe dar, la inversión monetaria y por último, si algo no va, ¿a quién se puede recurrir?
Entonces, ¿cómo evitar los fracasos? o ¿cómo gestionar las incidencias?. Es sencillo: tomar buenas decisiones, neutralizar los errores y controlar la incidencias supone no elegir un proveedor de tecnología sino elegir un socio tecnológico.
La recomendación es identificar que cualquier proyecto de transformación digital que se quiera llevar a cabo supone tener un “partner”. No se deben tratar los proyectos de tecnología (sea una web, el uso de RRSS o la implementación de un ERP) como proyectos independientes (que no quiere decir que se lleven todos a cabo al mismo tiempo). Por tanto, recurrir a profesionales en tecnología no es la única garantía de éxito, se debe recurrir a profesionales en tecnología con visión de negocio que ayuden a las empresas a:
- Identificar los procesos clave.
- Clasificar dichos procesos por valor aportado.
- Enfocarse en aquellos en los que se pueda mejorar y estén orientados a la consecución de los objetivos de la empresa.
- Obtener propuestas de soluciones adaptadas.
Es decir, los nuevos socios de negocio se deben elegir por:
- Experiencia en tecnologías.
- Conocimiento de negocios.
- Conocimiento en gestión de proyectos.
- Experiencia en sectores específicos.
- Innovación interna y formación contínua.
- Capacidad de respuesta ante incidencias y servicio de soporte.
Y es este último punto el que responde a la pregunta del título, “¿a quién debo llamar?”.
Pues si el proceso de transformación digital se ha llevado teniendo cuenta que tenemos un nuevo socio será él quien mejor responda ante la incidencia pero no solo reconociendo el problema de funcionamiento sino identificando la importancia que ese problema puede tener en los procesos clave de la empresa y por tanto, atenderlo con mayor celeridad.
Es por ello, que el socio no debe ser alguien lejano y poco accesible sino un colaborador cercano al que poder recurrir y que conoce nuestra empresa como si en ella trabajara.