El Metaverso y la Web 3.0: cuál es la diferencia

Aunque a ambas se las ha bautizado como el internet del futuro, realmente no son lo mismo, en este artículo veremos cuál es la diferencia entre el Metaverso y la Web 3.0.

Estamos asistiendo a la revolución de internet, desde luego, nada tiene que ver con aquella versión Web 1.0 (entre finales de los 90 y principios de los 2000), un lugar al que podías ir para obtener información, y el número de personas que creaban contenidos era minúsculo con respecto al número de los que los consumían.

La Web 2.0 vino a definir una versión de internet diferente a la anterior, principalmente dominada por los contenidos creados por los usuarios. Desde entonces ha sido cuando todos hemos empezado a interactuar a través de las redes sociales tales como Facebook, Twitter, Linkedin o Instagram, a crear y compartir vídeos en YouTube y a dejar comentarios por todos lados.

En este período, las aplicaciones web siguen siendo de propiedad centralizada, no se crean ni, en muchos casos, operan de forma centralizada. Durante la era de la Web 2.0, teníamos usuarios finales. Lo que vemos actualmente se llama Web 2.0, las empresas se concentran en el desarrollo y suministro de sus bienes y/o servicios.

La Web 3.0

En esta nueva era, la Web 3.0 se basa en protocolos de descentralización (como blockchain), el objetivo es superar algunos de los principales inconvenientes y defectos de la actual era de internet, abordando problemas cruciales como la propiedad y el control de los datos.

Los usuarios pueden acceder a sus datos gracias a la Web 3.0, como resultado de ello, las personas no tendrán que depender de las grandes corporaciones tecnológicas para prestarse servicios entre sí, o gestionar los componentes de internet que estén utilizando. Ayuda a desarrollar las capacidades de los usuarios para gestionar y reclamar la propiedad de sus contenidos online, activos digitales, e información de las personas online.

El Metaverso

Podemos definir el metaverso como una red 3D global de mundos de realidad virtual. Algunos lo definen como una versión hipotética de internet como entorno virtual único y mundial. El metaverso se desarrollará como un “nuevo mundo” e incluirá diversos elementos como salas de chat de Realidad Virtual (VR), juegos, eventos, etc., todos ellos online.

Nos representamos como avatares para comunicarnos y ampliar virtualmente la comunidad en el metaverso. El metaverso mejora la experiencia online de los usuarios, mediante el uso de tecnologías como la realidad virtual (RV), la realidad aumentada (RA), la inteligencia artificial (IA), las redes sociales y la propia moneda virtual. En definitiva, los usuarios pueden navegar por un mundo virtual que refleja partes del mundo real en el metaverso. Aunque el concepto de ser partícipe en un mundo virtual online existe desde hace tiempo, aún faltan años para llegar a un verdadero metaverso, en el que las interacciones con el mundo real sean factibles.

El Metaverso en la actualidad

Aunque la mayoría de los metaversos actuales son plataformas de juegos “habitadas” por adolescentes, si el concepto logra despegar como se cree que lo hará, esto podría transformar la forma en que trabajamos y socializamos.

En lugar de hablar con tus compañeros de trabajo a través de una videollamada, por ejemplo, podrías ponerte un dispositivo de RV y, relacionarte con sus avatares, en un espacio virtual. Así como, en vez de chatear con tus amigos a través de mensajes de texto, podrías reunirte en un festival de música virtual donde músicos de la vida real, actúan como avatares digitales.

Diferencias entre el Metaverso y la Web 3.0

Existen algunas diferencias entre el Metaverso y la Web 3.0, vamos a ver algunas de ellas:

• El metaverso utiliza tecnologías como Realidad Aumentada o Realidad Virtual, además de la moneda digital, mientras que web 3.0 se basa en blockchain y criptomonedas. Esto se debe a la estructura descentralizada de web 3.0, la falta de control corporativo (sin censura).
  
  
• En la web 3.0, los usuarios y la comunidad tendrán la propiedad y el control descentralizados de la web. Mientras que, el metaverso es un entorno digital compartido que permite a los usuarios comunicarse, crear economías y participar en interacciones en tiempo real sin tener en cuenta la propiedad.
  
  
• Un nuevo conjunto de directrices denominado web 3.0 describe cómo debe utilizarse y regularse internet. Los juegos, las redes sociales, las compras y otras experiencias forman parte del metaverso. Su funcionamiento es diferente.
  
  
• En el metaverso se encuentran varias tecnologías que sustentan el funcionamiento de todo el ecosistema. Para establecer el metaverso, la tecnología punta, la conexión, las interfaces, la descentralización y la economía creativa, son necesarias. Para el caso de la web 3.0, su objetivo es construir una web descentralizada (sin censuras) que solo utilice la tecnología blockchain. Utilizando dicha tecnología, que está controlada por un entorno de red descentralizada entre pares, los usuarios pueden conectarse con servicios online.

El metaverso crea "nuevos mundos" online, pero la Web 3.0 descentraliza una infraestructura que permite a los usuarios generar y gestionar activos digitales, tanto en el metaverso, como en otros lugares.

Para sacarle el máximo partido al metaverso, para ello, los usuarios deben realizar tareas cotidianas en 3D. Si esto ocurre, la interacción de los participantes facilitará las transacciones seguras utilizando *NFT u otros activos. La Web 3.0 descentralizará los activos digitales, creando una nueva economía digital centrada en los negocios y la interacción social.

La realidad virtual está destinada para empaparse de todos los aspectos de nuestra existencia. Estos nuevos mundos ya van mucho más allá de los simples juegos de ordenador, y se van extendiendo gradualmente a campos como los negocios, las comunicaciones, las artes y la educación.

*NFT: Son las siglas en inglés de ”non-fungible token” o token no fungible, se refiere a activos que no pueden ser reemplazados debido a sus propiedades únicas.  Los NFTs solo pueden tener un propietario, y gracias a ellos es posible tokenizar (reemplazar datos confidenciales con símbolos de identificación únicos que retienen toda la información esencial sobre los datos sin comprometer su seguridad) elementos como arte, coleccionables, productos e incluso bienes raíces.