Ahora que perdimos el miedo a las pantallas por el COVID-19
Sin duda algo que nos está dejando el confinamiento independiente de si trabajamos en un sector que continúa o no es que usamos más las pantallas. Las pantallas son nuestras ventanas al mundo y nuestro método de comunicación, incluso las llamadas se han convertido en videollamadas. No es una tecnología nueva, lleva años usándose y desarrollándose, eso sí, antes lo relacionábamos principalmente con los más jóvenes.
Lo cierto es que desde hace más de dos meses todos hacemos videollamadas, incluso con nuestros mayores. Y sí, hemos sido capaces de hacerlo pero, ¿por qué no lo llevamos al entorno laboral?. Igual que hemos sido capaces de adaptarnos a nuevas formas de comunicación que por las circunstancias sanitarias son las mejores quizás nos debamos plantear que hay herramientas digitales que nos ayudan a hacer nuestras procedimientos empresariales mejor en el entorno económico globalizado e hipercomunicado
No tengo duda de que para muchos de nosotros se ha convertido en habitual mantener reuniones de equipo o con nuestros clientes por teleconferencia. Igualmente, estamos comprobando que si somos autónomos o empresas pequeñas nuestros clientes pasan a comunicarse con nosotros por medios digitales, llamadas o incluso por nuestras redes sociales. Esta ha sido la única forma de mantenernos en contactos con ellos. A esto añadimos que si gestionamos un negocio que ha podido mantener la actividad sin la comunicación digital no habría sido posible estar en funcionamiento.
Todo esto nos ha hecho perder el miedo a lo digital, a buscar soluciones en el entorno digital y poder ofrecer nuestros productos o servicios por nuevos métodos. Ha habido empresas que durante el estado de alarma han sido capaz de poner en marcha por primera vez su ecommerce, sus herramientas de videoconferencia o directamente su web. Pero ojo, se trata de una inversión importante en tiempos económicos difíciles que debemos tomar rápido, con perspectiva y economizando la decisión.
Lo que está claro es que esta situación durará más o menos tiempo, quizás, apuntan algunos expertos, habrá periodos de confinamiento intermitentes. Lo único claro es que todos los indicadores nos señalan que hay un cambio en el hábito de compra que se trasladará a la nueva normalidad. En mi caso me atrevería más a decir que ese cambio llevaba tiempo produciéndose y ahora se ha acelerado. Aceleremos también nuestra transformación digital para seguir existiendo.
En todos mis artículos insisto en la importancia de conocernos a nosotros mismos y a nuestros clientes para identificar qué es clave para nosotros, y de estos qué podemos digitalizar o no. En este caso, además, añado a esta reflexión la importancia de identificar aquello a lo que nos debemos adaptar sin perder nuestra esencia. En el caso del empresariado canario, el comercio local y de cercanía podemos insistir en ese valor como nuestro diferencial para:
- Persuadir
- Atraer
- Convertir
- Retener
- Fidelizar
Todo esto ya lo sabemos hacer, y seguramente muy bien, pero ahora debemos hacerlo a través de esas pantallas que son las ventanas al mundo de nuestros clientes. Y para ello no solo debemos de tratar de tener RRSS, Whatsapp, tienda online o correo electrónico. Debemos gestionar la información, debemos gestionar los datos y poder explotarlos para tomar mejores decisiones.
Y si nuestros mayores perdieron el miedo a hacer una videollamada con sus nietos, perdamos nosotros esas reticencias a usar herramientas digitales para gestionar nuestros negocios.
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Yazmina
Toda la razón. Aún en Canarias hay muchos pequeños empresarios que tienen miedo a lo digital. Eso es algo con lo que nos topamos cuando intentamos emprender un negocio en Canarias que muchos autónomos y pequeñas empresas ni siquiera tenían un correo electrónico para comunicarse con sus clientes o proveedores. Yo creo que llegó el momento de dar el paso.
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