Transportando al Covid-19

Tal y como quedó demostrado desde un principio, la principal vía de contagio del virus se genera a través del contacto directo con las secreciones que se producen al respirar, toser o estornudar. También, entre otros, puede darse mediante contacto con las manos y otros objetos contaminados, tras tocarse la boca, la nariz o los ojos.

Por tanto, los focos somos nosotros junto con el rastro que dejamos detrás, por lo que somos, literalmente, su medio de transporte.

La mejor forma de frenar la expansión del virus ha sido frenándonos a nosotros mismos, evitando visitar más lugares de los necesarios, o el exponer a más personas de las necesarias

Así se ha entendido y así se ha ejecutado en muchos países, reduciendo la movilidad y obligando a una cuarentena, lo cual ha reducido su propagación y, sobre todo, el colapso de los servicios sanitarios. Esto nos ha permitido ver una sociedad totalmente parada, con ciudades vacías, multitud de negocios cerrados, autopistas desiertas, y una economía asfixiada por el cese de casi toda la actividad económica.

Pero también ha obligado a muchas empresas y organismos públicos a una digitalización forzada, y a una apuesta obligatoria por el teletrabajo, que en muchos casos se ha demostrado viable, efectiva y conciliadora. En otros, ha puesto de relieve el presencialismo en el trabajo, traducido en una baja productividad de algunos puestos, que pueden llegar a ser un verdadero quebradero de cabeza para sus jefes o responsables a la hora de asignarles trabajo.

Evidentemente, existen puestos en los que no es viable esta nueva modalidad de trabajo, pero se ha comprobado que en otros muchos sí. Ya son algunos organismos públicos, como el Cabildo de Tenerife, que están apostando de forma muy clara y evidente por esta nueva modalidad de trabajo, y no desaprovechar esta oportunidad para implantar en parte de su plantilla el teletrabajo. Inteligentemente con una propuesta de trabajo mixta, con días en los que se debe asistir al trabajo y otros en los se puede trabajar desde la casa.

Si esto se implantase en otros organismos, como por ejemplo la Universidad, el problema de los atascos y las colas que llevamos sufriendo desde hace años en la isla, podría tener una solución casi inmediata, respetable con el medio ambiente, y como hemos comprobado durante estos meses de confinamiento, viable.

Un empleado puede rendir tanto teletrabajando como de forma presencial, o puede ser tan poco productivo tanto en casa como acudiendo al trabajo. Muchas veces el problema radica en que cuando va al trabajo, no se mide su productividad y se da por hecho que trabaja, en cambio, cuando está trabajando desde casa, sí. Este problema no es del empleado, sino de sus responsables. Por otro lado, no todo empleado tiene las condiciones necesarias para trabajar desde casa, o simplemente ni quiere ni lo desea, por lo que se puede implantar un sistema mixto, entre los unos y los otros. Se trata de un win to win, la empresa, el empleado, la sociedad, la movilidad y el medio ambiente

En cuanto al transporte público (TP), nos hemos visto obligados por Real Decreto a reducir el servicio en un 50% en la fase 0, en un 67% la oferta de plazas de cada vehículo  y ajustarnos a la demanda. No obstante, con una caída de la demanda del 90% en sus inicios, prueba del confinamiento, se fue capaz de asumir el 10% de pasaje que siguió utilizando el servicio. Actualmente, estamos con una reducción del servicio del 20%, pudiéndose utilizar sólo si se lleva mascarilla, ofertando todas las plazas sentadas por vehículo, y con una demanda actual del 46% con respecto a los datos previos al Estado de Alerta.

Con tan poco tráfico y tan poco pasaje, se ha ganado en velocidad comercial y los indicadores de cumplimiento de servicio se han incrementado.

Por otro lado, los patrones de movilidad han cambiado totalmente en la isla, desvaneciéndose los dos picos de más demanda, el de la primera hora de la mañana y el del medio día, por uno que prevalece en torno a las 10. Hoteles cerrados, teletrabajo, cero turismo y playas abiertas han influido en esta nueva movilidad.

Para saber cómo va a evolucionar el TP, nos enfrentamos a una realidad en la que no existen escenarios de referencias. Las empresas miran al futuro casi a ciegas, sin saber lo que va a pasar. Las técnicas de predicción y forecasting a largo plazo deben ser estimuladas con datos que más que nunca se vuelven relevantes, como la evolución de la situación en otros países y, sobre todo, la oferta de plazas aéreas y marítimas hacia Canarias, así como las reservas de hoteles y alquiler vacacional, entre otros