Africa y COVID-19: Reto y oportunidad para Canarias y España
La atención del impacto de la COVID-19 en los países en desarrollo no ha tenido un especial seguimiento en las noticias globales. Probablemente porque las cifras de afectados y fallecidos oficiales quedan aún lejos de los números en Europa o Estados Unidos, o del crecimiento actual en Rusia o algunos países de Latinoamérica.
Sin embargo, la pobreza y la inseguridad alimentaria que la crisis está generando en los países de renta baja puede cobrarse más vidas que la propia enfermedad en sí.
Muchos de los países africanos cerraron sus fronteras y comenzaron diferentes medidas de aislamiento, lo que ha hecho que hasta principios de mayo ningún país africano superara los 10 000 afectados, siendo Sudáfrica, Egipto, Marruecos o Argelia los más golpeados. La debilidad de los sistemas de salud expone a estos países a un alto riesgo sanitario.
Carencia de medios sanitarios
Según la Organización Mundial de la Salud, Estados Unidos contaba con 170.000 respiradores, mientras que 41 países africanos contaban juntos con un total de menos de 2 000, diez de ellos con ninguno.
Lo mismo sucede con las camas para cuidados intensivos (por ejemplo, Sudán del Sur tenía menos de 200), la falta de equipos de protección sanitaria, la escasez de kits de pruebas, el bajo número de médicos per cápita, la falta de formación en cuidados intensivos o las dificultades en el acceso internacional a material sanitario. Todo ello hace especialmente vulnerables a estos países.
Las medidas de aislamiento parecen fundamentales ante un impacto que podría ser mortal; sin embargo, incluso en el caso de que se logre combatir la epidemia a nivel sanitario, el impacto en la economía y la seguridad alimentaria de muchos ciudadanos de países en desarrollo será devastador.
Crecimiento de la pobreza extrema y el hambre
Por un lado, se debe resaltar el impacto en la pobreza. Expertos del Banco Mundial han comenzado a estimar que entre 40 y 60 millones de personas podrían ser “empujadas” a la pobreza extrema (vivir por debajo del umbral de 1,9 dólares al día). Gran parte impactaría en la India y en países del África Subsahariana.
La situación derivada de la COVID-19 agravará la situación de personas que, bien por conflictos, cambio climático, plagas o por sus bajos ingresos económicos, ya estaban en esa situación de inseguridad alimentaria aguda.
Reimaginando la sociedad africana
La crisis de COVID-19 ya está transformando a las sociedades africanas de manera profunda. Si los gobiernos, las empresas, los socios para el desarrollo y los ciudadanos actúan con un propósito e imaginación renovados, pueden ayudar a garantizar que la transformación sea positiva, sostenida y ampliamente compartida entre las personas e instituciones de África. Se vislumbran tres oportunidades clave para reinventar las sociedades africanas:
- Acelerar la transformación digital de África.
- Poner un enfoque renovado en atender las necesidades de las poblaciones urbanas vulnerables.
- Transformar los sistemas de salud africanos con un enfoque en la resiliencia y la equidad.
- Acelerar la transformación digital de África
Cuando se produjo la crisis de COVID-19, África se encontraba en medio de una transformación digital de gran alcance. En los últimos años, el continente ha visto la tasa más rápida del mundo de nuevas conexiones de banda ancha, mientras que se pronostica que el tráfico de datos móviles aumentará siete veces entre 2017 y 2022.
- Poner un enfoque renovado en atender las necesidades de las poblaciones urbanas vulnerables.
COVID-19 ha puesto al descubierto las vulnerabilidades de los 250 millones de personas que viven en las comunidades urbanas pobres de África, a menudo desatendidas en el contexto de una mayor atención y enfoque de los donantes en la pobreza rural. Se necesita una intervención decisiva para apoyar a estas comunidades durante esta crisis y para mejorar sus condiciones de vida en el mundo posterior a COVID.
Las tendencias de urbanización solo profundizarán el desafío: se espera que las ciudades africanas dupliquen su tamaño en los próximos 25 años, con dos tercios de ese crecimiento previsto en barrios marginales urbanos. Reconociendo tanto la crisis como las tendencias de urbanización.
- Transformar los sistemas de salud africanos para la resiliencia y la equidad.
La crisis de COVID-19 ha expuesto las fragilidades de larga data en los sistemas de salud de África, incluidas las brechas en el personal de atención médica, la infraestructura, los suministros y equipos y los sistemas de datos. Además de interrumpir los medios de vida, la respuesta a la crisis también ha contribuido a una interrupción significativa de los servicios esenciales de salud. Por ejemplo, la OMS estima que el número de muertes por malaria podría duplicarse este año como resultado de COVID-19.
La pandemia también ha exacerbado la desigualdad en el acceso a la atención médica. Algunas personas pueden poner en cuarentena de forma segura en el hogar, comprar EPIs y desinfectantes para las manos, acceder a pruebas en laboratorios privados o utilizar los servicios de telesalud, pero la mayoría de las poblaciones pobres rurales y urbanas tienen menos opciones para acceder a la atención médica o practicar el cuidado personal .
El camino de África a través y más allá de la crisis COVID-19 estará determinado en gran medida por las acciones que los gobiernos, el sector privado y los socios de desarrollo tomen en las próximas semanas y meses. En el plazo inmediato, será importante que los países africanos encuentren enfoques inteligentes para reabrir las economías al tiempo que se garantiza que las poblaciones estén protegidas del virus.
Esto requerirá un pensamiento innovador, junto con una acción decisiva. Al mismo tiempo, el virus también enfrenta al continente con un imperativo para comenzar a mirar hacia el futuro y reinventar las sociedades, los negocios y el gobierno de África, y salir de la crisis con una mayor inclusión, un desarrollo más inteligente, mejores servicios y empresas más competitivas.
Estas reflexiones afloran emerge en un contexto en el que Canarias emerge en su contexto geoestratégico como un hub europeo para realizar negocios con África con su abanico de infraestructuras, servicios y ventajas del estilo de vida europeo, con un ordenamiento estable y seguro, óptima situación geográfica, conectividad aérea y marítima y excelentes redes de comunicaciones, oferta de personal altamente cualificado formado en universidades y centros de I+D, lo que configura a Canarias como excelente plataforma logística y comercial para operar en África Occidental.
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Sobre el Autor
Isidoro López
Consultor en Inversión Internacional y Comercio Exterior, Experto en Zona Especial Canaria (ZEC). También es Socio fundador y CEO de Canary Consulting & Trading y de Canary Sustainable Trade, Ambas, consultoras que buscan promover la atracción de inversión extranjera a Canarias prestando la gama de servicios integrales de apoyo que requiere la implementación de proyectos empresariales tanto desde el punto de vista de la consultoría de inversiones, como de la de comercio exterior.
También es MBA IE Business School, con experiencia en el sector financiero y tras 14 años en la Zona Especial Canaria (ZEC) ha desempeñado tareas directivas, orientando su actividad a la consultoría de inversiones en Canarias y asesoramiento en comercio internacional.
Colabora dentro de la temática de Internacionalización.