Sobre Influencers, Youtubers e Instagramers
Cuando se lleva trabajando en tecnología desde que los ordenadores no cabían en un contenedor de barco, uno de algún modo se inmuniza, viendo a la velocidad en que evoluciona esto, no sólo la Ley de Moore se ha quedado corta, sino que ni yo ni nadie esperaba que la informática pasara de ser una serie de herramientas físicas y de software para negocios y productividad, a la estructura y pilar sobre el que actualmente se desarrolla casi toda la actividad humana, con la sola excepción de las pocas zonas del planeta a las que aún no ha llegado Internet. (No saben la suerte que tienen)
Con la era de Internet y las redes sociales, se han generado nuevos trabajos, al principio, las instituciones necesitaban de hackers para ayudarles a identificar brechas de seguridad, empresas empezaron a contratar a especialistas en SEO para posicionar sus páginas web, a Bloggers y a Community Managers para gestionar sus contenidos y redes sociales, ahora, cuando preguntas a cualquier joven de entre 12 y 24 años, te dice que su aspiración profesional es llegar a ser Influencer, Youtuber o Instagrammer.
Todo bien, pero alguien debería hacerles notar a muchos de ellos que no sólo no hay trabajo para tanto joven “infuenciando”, sino que esos trabajos no son excepciones en cuanto a cumplir con obligaciones fiscales, éticas y empresariales. Aunque como todos los trabajos, estas nuevas profesiones digitales también son enriquecedores, y trabajar de lo que a uno le gusta es todavía más satisfactorio, no se debe olvidar que hay profesionales que llevan años haciendo eso como empresas, facturando y pagando impuestos, como productoras de vídeo, empresas de márketing digital o profesionales de la comunicación.
Ir a un hotel a ofrecerle al director publicidad gratis en tu canal de Youtube a cambio de unos días alojado, o peor aún, pretendiendo cobrar en especies o en negro, no sólo es ilegal, sino que genera una bola de nieve insostenible, reduciendo los precios de los profesionales, llevando a empresas a la quiebra y a sus trabajadores al paro, mientras nuestros queridos influencers siguen sin tener un sueldo digno (no se puede ingresar en el banco una noche de hotel ni una cena de marisco) exceptuando poquísimos super estrellas de la red que se llegan a hacer millonarios.
El intrusismo en la red, como lo fue en los 90 el intrusismo en la reparación de ordenadores, es siempre el síntoma de más demanda que oferta en un determinado sector, que finalmente se terminará regulando, pero que cuando llega a su apogeo, antes de esa regulación, ya ha hecho tanto daño al sector, que todos pierden, se devalúa la profesión en cuestión, y termina no siendo atractiva para nadie, como ya no lo es reparar ordenadores.
Los propios Influencers, Instagrammers y Youtubers, que sin prepararse o crear la adecuada estructura para su futura profesión, se lanzan a grabar spots para empresas que les invitan a cenar son los que, sin darse cuenta, están cavando la tumba del sector.
Un ejemplo de abuso se hizo viral no hace mucho, cuando un hotel de Dublín vetó a ‘influencers’ después de que una ‘youtuber’ le pidiese cinco noches gratis. Te recomiendo que leas ese post, porque que no tiene desperdicio.
Precisamente la oportunidad de esta nueva situación radica en que ahora pequeñas empresas pueden realizar pequeñas acciones con jóvenes profesionales, a precios ajustados, y eso es genial.
Si quieres ser instagrammer, Youtuber o Influencer profesional, mientras publicas en las redes tus hobbies y vas ganando millones de seguidores sin cobrar un duro, estudia comunicación y marketing, y cuando tengas esos millones de followers y suscriptores, date de alta de autónomo y ofrece tus servicios con garantías, dejando siempre bien claro a tu audiencia que lo haces por dinero. Si no, piensa en buscarte otro curro.
Si eres una empresa, identifica si quieres un trabajo amateur a cambio de un puñado de visitas a tu web o canal de youtube, o es mejor contratar a profesionales para que transmitan tus valores de forma apropiada al segmento al que se dirije tu producto. Ni todo vale para todos, ni todos valemos para todo.
Francis Ortiz
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Sobre el Autor
Francis Ortiz
Es Comunicador, Experto en Turismo y Smart Destinations, con una importante faceta de Emprendedor y Divulgador tecnológico,CEO de Crea Solutions. También es Fundador de UBIKUA Smart Everything, Chief Innovation Officer de Itop Consulting y Director de Proyectos (Ext) de Eurodat Sistemas.
Francis es consultor sobre Realidad Aumentada, Geolocalización, IoT, Smart Cities & Smart Destinations. Especialista en Destinos Inteligentes y asesor Tecnológico para distintas organizaciones e instituciones.
Actualmente y compaginando todas las acciones anteriores, se encuentra trabajando en proyectos de Plataformas de Comunicación para diversos verticales.
Colabora dentro de la temática de Innovación y Tecnología.