Objects as a Service, Objetos Como Servicio, la sostenibilidad es posible
Por Francis Ortiz. Comunicador, Experto en Turismo y Smart Destinations
En el mundo del Internet de las Cosas, de las Plataformas como Servicio, del Software como Servicio y del Servicio como Servicio, un mundo de Objetos como Servicio no es en absoluto una utopía.
Antes de continuar, me gustaría diferenciar entre Renting o Economía Colaborativa y Objetos como Servicio, en el caso que propongo, se trata de que todas y cada una de las partes que componen un elemento más complejo, forme parte de una cadena de servicios que cubran todo el ciclo de entrega, mantenimiento y sustitución de cada una de las piezas del elemento principal.
Mi propuesta de Things as a Service o tal vez Objects as a Service está ligada a un uso personal intensivo de objetos y dispositivos que caducan, en su gran mayoría debido a la obsolescencia programada y en menor instancia por la necesidad de disponer de sistemas que cumplan con unos requerimientos específicos debido a mi actividad.
La compra compulsiva por modas y tendencias del momento es otra razón, pero no está dentro de mi problemática personal, ya que soy usuario profesional y no tengo tiempo ni ganas de perderlo en andar preocupado por la imagen que pueda transmitir por tener o no el último modelo de Apple o por no tener este o aquel wearable indispensable.
Mi coche tiene ahora 20 años, y aparte de las correspondientes revisiones periódicas y el desgaste propio de sus muchos miles de kilómetros, podría tranquilamente funcionar otros 20 años más, otra cosa es que las normativas medioambientales lo permitan, a nivel de seguridad, no tiene nada que envidiar a cualquier modelo de alta gama recién salido de fábrica. Entonces, ¿por qué no exprimir al máximo el potencial de este conjunto de elementos mecánicos? simplemente porque se dejarán de fabricar piezas críticas, no habrá actualizaciones para el sistema electrónico o no serán compatibles los nuevos motores híbridos que la legislación implementará más pronto que tarde.
Si mi vehículo, o cualquiera de los Pc’s de mi oficina, o mi smartphone, estuvieran diseñados para ser mantenidos y reparados en lugar de sustituidos, millones de piezas y elementos descartados no estarían llenando contaminantes basureros o exportados para su peligroso reciclaje a países con menos problemas éticos que los de la Unión Europea.
El problema surge cuando se busca constantemente el precio más bajo por los componentes, premiando el diseño a la resistencia o el tamaño frente a la escalabilidad, los productores no tienen problema por hacer su trabajo, que es producir, mientras los consumidores no demandan reparaciones en lugar de aceptar la muerte de todo el sistema por el fallo de un solo componente, o peor, por la incompatibilidad con un software, los productores continuarán desarrollando y fabricando modelo tras modelo, a más velocidad que el propio mercado es capaz de absorber.
Si en lugar de esta situación, se diera un cambio en la forma en que consumimos los productos, simplemente eliminando el factor de “propiedad”, los fabricantes podrían aumentar sus ingresos y garantizar un flujo constante de ellos mediante el alquiler o leasing de cualquier objeto o componente.
Pongamos un ejemplo: Una cadena hotelera me encarga construir una aplicación o desarrollar una web, yo utilizo actualmente un conjunto de programas y aplicaciones, alojamiento web y plataformas de software, la gran mayoría de estos elementos no los he adquirido, sino que pago una suscripción mensual, anual o por consumo de espacio a cada proveedor, el resultado es un sólo producto, una app o una web, que yo cuelgo y que es propiedad de mi cliente, pero que está compuesta por cientos de piezas de código actualizable en cualquier momento, escalable, y desarrolladas con plataformas que cada proveedor se encarga de mantener operativas, liberándome de la antigua preocupación por el estado de mis servidores o por la obsolescencia de ciertos programas. Mi cliente paga un producto como servicio, y un mantenimiento de contenidos, yo pago a Amazon alojamiento como servicio, a Apple los pc como servicio y a Adobe le adquiero Photoshop como servicio. Mientras tanto, Amazon paga a Fujitsu los Servidores físicos como servicio, Fujitsu a su vez paga al fabricante de memorias, al de placas, etc. y así con todos y cada uno de los miles de elementos implicados en la realización de una web o un app.
Cada uno paga sus gastos de conectividad, personal, desarrollo, servicio, actualización y mantenimiento, y el cliente final, feliz y con una app, web o programa que están eternamente actualizados y operativos.
Del mismo modo, imaginemos un vehículo de alquiler, por ejemplo, totalmente diseñado de forma modular, escalable y con todas y cada una de sus piezas diseñadas del mismo modo. El fabricante del automóvil integra piezas de proveedores para construir su modelo particular, estas piezas, en lugar de ser adquiridas, son objetos como servicio, que el fabricante instala en sus plantas de montaje y que son reparados en caso de avería por el proveedor de la pieza, de forma que una vez el vehículo ha sido puesto en manos de la empresa de alquiler de vehículos, que a su vez alquila por días u horas al usuario final, quien a su vez lo utiliza como suscriptor en lugar de propietario, sabe que no tiene que preocuparse por nada más que por cargar energía o combustible, estando todo lo demás cubierto por la subscripción mensual.
Imaginemos tiendas donde no adquirimos nada, sino que suscribimos un reloj, una nevera o un lavavajillas, con un servicio técnico especializado, que acude antes de que cualquier elemento se rompa, gracias a la conectividad de cada pieza con su correspondiente fabricante, avisando en cuanto detecta cualquier indicio de desgaste, error o fatiga en sus componentes, aprovechando al máximo el Internet de las Cosas, analizando los datos de uso con algoritmos de análisis predictivo de Big Data, para prevenir fallos en cadena o retirar sistemas que puedan ser peligrosos para los usuarios o poco eficientes para los proveedores.
El objetivo comercial en ese momento cambia completamente, primando la resistencia y la fiabilidad de sus productos para los fabricantes, de forma que cuantas menos averías y mayor la duración de sus piezas, menores las incidencias y por lo tanto, el beneficio. El usuario, por su parte, sabe que la suscripción le da derecho a cambiar el estilo o diseño exterior del producto periódicamente, y sabe que a nivel de calidad, seguridad y tecnología, tendrá siempre lo último del mercado, precisamente porque esa calidad y actualización son el negocio del proveedor de ese objeto.
Veremos crecer los equipos de asistencia locales, que podrán llegar en poco tiempo a cubrir las necesidades de clientes y proveedores, equipos estables en las empresas proveedoras, que no sólo fabricarán, sino que mantendrán, actualizarán y repararán todo lo fabricado.
Hoy, aunque no de forma tan granular, ya está en parte operativo en el mundo de los viajes, Compañías Aéreas operan con aviones alquilados, pudiendo atender mejor los picos de demanda y reduciendo los costes de propiedad, Hoteles están ya implementando Software en la Nube, que al funcionar del lado del servidor, requiere muchas menos actualizaciones de equipos físicos, gigantes como Microsoft, Google, Adobe y otros muchos ofrecen ya su software en cuotas mensuales o anuales, las actualizaciones se descargan automáticamente, y los usuarios entienden que es mucho más barato, sencillo y seguro pagar un poco que perder infinitas horas buscando descargas de este o aquel software, el crack de turno y el peligro asociado de bajar lo que no es, sin contar con la posible multa si pillan una docena de PC’s en sus oficinas sin licencias de Sistema Operativo o de aplicaciones.
No sé si será una utopía, y tampoco he desarrollado al más bajo nivel esta idea, con lo que posiblemente haya miles de flecos que se me han pasado por alto antes de publicarla, pero como todas las ideas, que las perfeccionen y desarrollen otros, que yo me tomo una cerveza fresquita en envase retornable mientras espero a que mi horno de hierro tueste unas rodajas de pan casero, para hacerme un pá amb tomaquet, que aquí en Canarias, en lugar de jamón, estará de muerte con un rico quesito de cabra..
Espero sus comentarios y aportes, y recuerden las 5 Erres de la Sostenibilidad: reutilizar, reciclar, reducir, reparar y regular.
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Sobre el Autor
Francis Ortiz
Es Comunicador, Experto en Turismo y Smart Destinations, con una importante faceta de Emprendedor y Divulgador tecnológico,CEO de Crea Solutions. También es Fundador de UBIKUA Smart Everything, Chief Innovation Officer de Itop Consulting y Director de Proyectos (Ext) de Eurodat Sistemas.
Francis es consultor sobre Realidad Aumentada, Geolocalización, IoT, Smart Cities & Smart Destinations. Especialista en Destinos Inteligentes y asesor Tecnológico para distintas organizaciones e instituciones.
Actualmente y compaginando todas las acciones anteriores, se encuentra trabajando en proyectos de Plataformas de Comunicación para diversos verticales.
Colabora dentro de la temática de Innovación y Tecnología.