La Unión Europea prohíbe la importación de diésel ruso. ¿Hay riesgo de desabastecimiento?

La Unión Europea ha decidido vetar la compra de diésel ruso, prohibiendo su importación como medida sancionadora al Kremlin. ¿Hay riesgo de sufrir desabastecimiento? ¿Cuáles son los países que más pueden sufrir consecuencias?

La Unión Europea veta la importación de diésel ruso

Después de que la Unión Europea haya vetado y sancionado la importación de carbón y crudo ruso como medida de respuesta ante la invasión del Kremlin a Ucrania, le ha llegado el turno al diésel.

Aunque la decisión ya se había tomado en junio de 2022, la medida entró en vigor a principios de este pasado febrero. Si bien la Comisión Europea asegura que se cuenta con suministros alternativos suficientes para afrontar la situación, esta ha generado preocupación entre los consumidores y los expertos, quienes se preguntan si habrá algún riesgo de desabastecimiento en el mercado europeo de combustible.

¿Existe riesgo real de desabastecimiento de diésel?

Antes del estallido del conflicto entre Ucrania y Rusia, cerca del 40% de diésel importado a la UE procedía de este último país, por lo que se contaba con una alta dependencia de dicho suministro. No cabe duda de que esta decisión supone un reto para no pocos estados, y más si tenemos en cuenta que aproximadamente la mitad de vehículos y casi todos los medios de transporte pesados usan diésel, además de maquinaria de fábricas e industrias.

A pesar de esto, Bruselas cree que el período de tiempo que ha transcurrido desde que se anunció el veto hasta su puesta en marcha sea suficiente para que los países busquen alternativas eficientes de provisión energética. No hay que olvidar tampoco que existen más opciones de provisión de este tipo de combustible a las que se puede recurrir, además de otras más limpias y sostenibles.

Eso sí, lo más probable es que los precios del diésel aumenten en el corto plazo como consecuencia de la reducción de la oferta y del período de adaptación que se necesitará, en general, para adaptarse a esta nueva situación. De todos modos, según las informaciones obtenidas, el riesgo de desabastecimiento es muy improbable.

¿Y cuáles son los países que más pueden sufrir las consecuencias?

Aunque como comentamos, Europa confía en que no exista riesgo real de desabastecimiento de diésel, no cabe duda de que existen países más expuestos a sufrir las consecuencias debido a su alta dependencia del carburante ruso:

1. Bielorrusia: como vecino de Rusia, Bielorrusia ha sido uno de los mayores importadores de diésel ruso en Europa. El veto podría tener un impacto significativo en su economía y en la vida cotidiana de sus ciudadanos.
   
   
2. Finlandia: Finlandia importa una gran cantidad de diésel ruso, en especial para los sistemas de climatización residenciales. La medida de Europa podría afectar al costo de la energía, elevándose de precio y afectando tanto a familias como empresas.
   
   
3. Polonia: Polonia es otro país que depende en gran medida del diésel ruso para sus necesidades energéticas. Si bien ha tratado de diversificar sus proveedores en los últimos años, aún tenía una alta dependencia del diésel ruso.
   
   
4. Letonia, Estonia y Lituania: en el pasado, han tenido que lidiar con problemas de suministro debido a disputas políticas con el Kremlin, por lo que la prohibición podría volver a exacerbar sus preocupaciones.

¿Cuáles son las principales alternativas de abastecimiento que se contemplan?

Como ya mencionamos, hay varias alternativas energéticas sobre la mesa para suplir el vacío que deja el diésel ruso. Principalmente podemos destacar:

• Importación de diésel de otros países productores: una de las alternativas más obvias es buscar otras fuentes de abastecimiento de diésel. Los principales productores son Estados Unidos, China e India. Sin embargo, una de las principales preocupaciones cuando se contempla esta opción es la calidad del producto, ya que no todos los países marcan los mismos estándares de calidad que Europa.
  
  
• Uso de energías limpias: como, por ejemplo, los biocombustibles o el hidrógeno, opciones mucho más respetuosas con el medioambiente que el diésel.
  
  
• Promover el uso de vehículos eléctricos: su uso está en aumento en Europa desde hace unos años gracias a su eficiencia y a su menor contaminación. Sin duda, son una gran opción para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.

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