La ecuación que todo lo cambia… El interés compuesto
Se le suele acuñar a Albert Einstein la siguiente frase: “Se trata de la fuerza más poderosa del Universo”. Sí, se estaba refiriendo a la famosa fórmula del interés compuesto. Existe controversia entre si la pronunció o no, pero lo importante es examinarla con detenimiento para ver de qué se trata. De esto es de lo que vamos a hablar en este artículo: del interés simple, del interés compuesto, de fondos de inversión, de las claves para invertir y la importancia de la inflación en nuestras inversiones.
Interés simple vs Interés compuesto
Cuando hablamos del interés simple hacemos referencia al cálculo de los intereses que genera una determinada inversión a un tipo de interés concreto. Supongamos un ejemplo, en el que invertimos 1.000€ (capital que ponemos) y tenemos un tipo de interés del 3% (tasa de interés) y el periodo será de un año (tiempo). Cuando transcurra el año lo que obtendremos serán 30€, (interés final que obtenemos), más el capital inicial, (los 1.000€ que pusimos al inicio). Esto es lo que podríamos obtener comprando, por ejemplo, letras o bonos del estado, aunque actualmente, como está el mercado, con unos tipos de interés tan bajos es probable que nos proporcionen un 0%.
Fórmula de Interés simple
donde;
I = Interés que obtenemos; c = capital que ponemos; r = tasa de interés; t = tiempo
Entre las características principales del interés simple podemos destacar que no se reinvierten los intereses, es decir, en el año 1 invertimos 1.000€ y obtenemos 30€, en el año dos volvemos a invertir otros 1.000€ y también obtenemos 30€. Por lo que, la cantidad que se obtiene de intereses, es siempre la misma. En el cálculo solo se tiene en cuenta el depósito inicial. Su rendimiento como veremos posteriormente será lineal.
Sin embargo, cuando hablamos del interés compuesto, lo que ocurre es que se reinvierten los beneficios obtenidos en cada periodo. A modo de resumen, esa pequeña ganancia que obtenemos no se retira sino que se vuelve a invertir en el siguiente año lo que genera un efecto multiplicador. Cuando reinviertes la rentabilidad de cada año, tus beneficios no aumentan linealmente sino que lo hacen de forma exponencial. Además, cuánto más largo sea el periodo de inversión, mayor será el efecto.
Fórmula de Interés compuesto
donde;
Cf = capital final; C0 = capital inicial; r = tasa de interés; t = tiempo
Supongamos un ejemplo donde en el año uno contamos con una inversión de 1.000€ y donde la rentabilidad es del 8% anual. Esto nos generará unos 80€ de intereses. Sin embargo, ¿qué ocurre en el año 2? En el siguiente año el capital inicial no serán los 1.000€ sino que serán los 1.000€ más los 80€ que hemos generado. En este segundo año generaremos 86€ de interés y al final del año tendremos 1.160€. Entre las características principales destaca que los intereses sí que se reinvierten, el beneficio obtenido aumenta cada año y el rendimiento será exponencial.
Fuente: elaboración propia
En la gráfica podemos observar los dos ejemplos mostrados anteriormente. Pero si aún no he conseguido sorprenderte y como todos sabemos que el ser humano aprende mejor con las cosas visuales que con las cosas escritas, te dejo el siguiente enlace para que puedas entrar y probar a realizar algunas comprobaciones con la calculadora, alucinarás con los resultados: (https://elpaisfinanciero.com/calculadora-interes-compuesto/)
La clave para obtener buenos rendimientos es realizar aportaciones periódicas mes a mes, una cantidad que podamos permitirnos, por ejemplo, un 10% de nuestros ingresos (varios son los autores que aconsejan que este sea el porcentaje mínimo). Si cobramos 1.000€ destinar 100€ no sería una locura. Por supuesto que dependerá siempre de las circunstancias personales de cada uno. Plantea diferentes escenarios y verás que finalmente te motivará empezar ya mismo, porque te estás imaginando con una importante suma de dinero.
El efecto importante lo encontraremos cuando vence el ciclo, cuando llegamos al final del periodo es cuando mayor efecto genera la capitalización compuesta. Es cierto que, esto no quiere decir que en la realidad se cumpla a rajatabla, es muy difícil obtener una rentabilidad constante, además, hay que restar impuestos e inflación, sin embargo, te da una visión aproximada de a lo que se puede llegar. Lo más importante es entenderlo y actuar. El tiempo está de tu lado, empieza cuanto antes.
Se suele comentar que para invertir hace falta una gran cantidad de dinero, pero esto es mentira, se puede realizar inversiones desde 10€ o 20€. Es cierto que si primero realizas una aportación inicial el resultado y el potencial de la capitalización compuesta será mayor, pero no es necesario. Por ejemplo, supongamos que nuestros padres desde el día de nuestro nacimiento nos hubieran puesto 50€ todos los meses en un fondo de inversión con una rentabilidad del 8 %, en vez de amontonarlo en una cuenta corriente. Veamos qué es lo que hubiera sucedido:
Fuente: https://elpaisfinanciero.com/calculadora-interes-compuesto/
Sí, efectivamente el resultado es que probablemente nos hubieran podido enviar a la universidad que quisieran, o incluso, todos nuestros gastos en la Universidad de La Laguna, no les hubiera resultado un esfuerzo grandioso como ocurre en la mayoría de los casos.
Otro ejemplo, imaginemos que con 20 años nos decidimos a poner en práctica esto de la inversión y queremos hacer que el interés compuesto se ponga a trabajar para nosotros. Empezamos sin inversión inicial y con aportaciones mensuales de 100€. El resultado es que, transcurridos 27 años tendremos acumulados la cantidad de 108.610,95€, con lo que podrías hacer muchas cosas, como por ejemplo, invertirlos en un apartamento, utilizar una pequeña parte para comprar la casa que siempre has soñado, utilizarlo en forma de pensión o concederte un sueldo adicional, el abanico de posibilidades se abre.
Fuente: https://elpaisfinanciero.com/calculadora-interes-compuesto/
Date prisa, si eres joven el tiempo está de tu lado, pero corre porque como has podido comprobar, empezar con 20 o con 30 años lleva a resultados muy distintos. Mira el siguiente ejemplo en el que queremos llegar a obtener 500.000 dólares a final de nuestra inversión. Si lo hacemos con 20 años la inversión mensual requerida será de 43 dólares pero si empezamos a los 55 años tendremos que hacer aportaciones de 2.174$ o si tenemos 45, tendríamos que hacerlas de 505$.
Fuente: Cómo invertir en fondos de inversión con sentido común” Nuevos imperativos para el inversor inteligente. 4.ª Edición. John C. Bogle.
Fondos de inversión
Ya que anteriormente hemos hablado de ellos, veamos cómo funcionan. Una de las formas de obtener los rendimientos comentados anteriormente es a través de los fondos de inversión. Estos se han convertido en uno de los productos de inversión más utilizados por las ventajas que presentan. Pero, ¿qué son? Los fondos de inversión según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) “Consisten en un patrimonio formado por las aportaciones de un número variable de inversores, denominados partícipes. El fondo lo crea una entidad, la gestora, que es la que invierte de forma conjunta esas aportaciones en diferentes activos financieros (renta fija, renta variable, derivados o cualquier combinación de estos, etc.) siguiendo unas pautas fijadas de antemano.”
Para entenderlo gráficamente te he preparado esta foto ilustrativa de elaboración propia que seguro tiene errores pero creo que ayuda a entender el concepto en sí, para que se lo puedas explicar a tu pareja, a tus padres o a quien consideres oportuno:
Fuente: elaboración propia
La clave del fondo de inversión es poder acceder a inversiones que de forma individual se hacen imposibles. Por ejemplo, yo a nivel particular no me podría permitir acceder a comprar una acción de Amazon con el precio actual de cotización que tiene de 3.041,00 USD en el momento en el que escribo este artículo. Sin embargo, obteniendo una participación de un fondo sí que podría invertir en acciones de Amazon. No entraremos en mucho detalle, dado que no es el objetivo de este artículo, pero existen fondos de muchos tipos, fondos de renta fija, de renta variable, fondos mixtos o fondos indexados. Coméntalo con tu gestor y utiliza aquel que mejor se adapta según tu aversión al riesgo.
Finalmente, me gustaría mostrar algunas imágenes obtenidas del libro “Cómo invertir en fondos de inversión con sentido común”, en las que se ponen de manifiesto el potencial de este tipo de inversiones. Supongamos que realizamos una inversión inicial en acciones de 10.000$, el resultado final, fruto de la capitalización compuesta, es que una inversión de 10.000$ se ha convertido al cabo de 40 años en 931.000$. Claro está que los tiempos han cambiado y una inversión de esta cantidad en el año 1980, con las tasas de crecimiento que existían, no son las mismas que están en la actualidad. Sin embargo, si nos lo llevamos al presente, esa inversión de 10.000 $ se podría convertir en 452.600 $ que tampoco estaría nada mal. Además, lo compara con lo que produce los productos de ahorro normales con rendimientos del 5%.
Fuente: Cómo invertir en fondos de inversión con sentido común” Nuevos imperativos para el inversor inteligente. 4.ª Edición. John C. Bogle.
Fuente: Cómo invertir en fondos de inversión con sentido común” Nuevos imperativos para el inversor inteligente. 4.ª Edición. John C. Bogle.
Este método puede no ser la clave para obtener la riqueza, lo cierto es que, se trata de un medio para asegurarnos una pensión en condiciones, sobre todo, si tenemos en cuenta las innumerables noticias que escuchamos acerca de si los jóvenes disfrutaremos de la pensión o no. Por lo tanto, será mejor prepararnos nosotros mismos nuestros frutos del futuro y no depender de “papá estado” para obtenerlos.
Una regla muy famosa para valorar cualquier proyecto de inversión que te ofrezcan y que te permite saber rápidamente cuánto vas a tardar en duplicar la cantidad de dinero que has puesto, es la regla del 72. Cuando uno invierte una cantidad determinada lo que pretende no solo es recuperar lo que has invertido sino que espera ganar más de lo invertido inicialmente. Supongamos que nos ofrecen un proyecto de inversión que nos proporcionará una rentabilidad anual del 4%, en la que se reinvierten los intereses generados. Esto nos quiere decir que, si ponemos 1.000€, tardaremos 18 años en recuperar, por una lado, los 1.000€ que pusimos, y por otro lado, obtener 1.000€ adicionales. Por lo tanto, busca inversiones que te ofrezcan rentabilidades dentro de tu horizonte temporal para poder disfrutar de los beneficios obtenidos. Recuerda que es una regla estimativa, no exacta, pero puede ayudarte a realizar un cálculo rápido sobre si vale la pena invertir tu dinero o no.
Rentabilidad | Años |
3 | 24 |
4 | 18 |
6 | 12 |
8 | 9 |
10 | 7 |
12 | 6 |
Regla del 72: 72/Interés %
Claves a tener en cuenta antes de invertir
Después de leer todo lo posibles de los mejores autores, preguntar y estudiar, te comparto las claves que más he observado que se repiten y por ende, deberíamos tener en cuenta:
- El dinero destinado a la inversión, debe de tratarse de un dinero que no dependas de él para comer mañana.
- Tienes que tener claro que existe la posibilidad de perder una parte de tu inversión, y no pasa absolutamente nada.
- Que no te quite el sueño. Si lo haces y estás todo el día pensando en eso, este producto con este riesgo no es para ti y tendrás que buscar otros productos de inversión con menos riesgo.
- Mira el resultado de tus inversiones 1 vez al mes y saca tus números, no los estés revisando todos los días.
- Fija tu estrategia de inversión en el largo plazo, 15 o 20 años, el interés compuesto jugará a tu favor.
- Según decía el mismísimo Robert Kiyosaki, “págate primero a ti y luego al resto”. Primero, nada más cobrar invierte una pequeña parte. Si no lo haces y empiezas a ir de compras, realizar actividades de ocio y al final del mes es cuando pretendes invertir, ya será demasiado tarde y quizás no tengas el dinero suficiente. Por eso, es mejor hacerlo al principio y que sea de forma automática.
- Revisa y vigila los costes de tus inversiones, conseguirás no llevarte sorpresas cuando vayas a recoger los frutos.
- Tienes que ser constante. No vale con un poco este mes, y ya si eso el año que viene otro poco. Si lo haces en fondos de inversión la clave es realizar aportaciones periódicas dado que te permitirán comprar en diferentes momentos de la curva de cotización de las acciones. Además, generarás un hábito y esto es clave.
- Las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
- Asegúrate de ponerte en manos de un buen asesor financiero que pueda sacarle el máximo partido a tu dinero.
- Nunca inviertas en algo que no tengas claro cómo funciona.
La inflación: el impuesto que no se ve
Cuando comento esta idea no me creen. Me dicen mis amigos que les han subido el sueldo 50€, o que la pensión este año les sube 30€, les pregunto: ¿de qué les vale? Lo que realmente importa, es lo que ha pasado con su capacidad adquisitiva, su poder de compra. Con una inflación del 6,1% (la variación interanual de enero de 2022 a enero de 2021) tu capacidad de compra se ha visto reducida. Esto lo que quiere decir es que si tú en enero de 2021 te querías comprar un coche que valía 1.000€, en enero de 2022 vas con los mismo 1.000€ y el caballero con corbata te dirá; ¡No señor! No puede comprarlo el precio del vehículo ya no es de 1.000€, ahora es un poco más caro…
Normalmente, si la situación económica es estable, la inflación se encontrará entre un 2% o un 3%. Desde la Unión Europa realizan un gran esfuerzo para controlar que este índice no varíe. (Al parecer, en este año 2022, los mecanismos y palancas utilizados para evitar el aumento de la inflación no han funcionado). Mientras pasa todo esto, en mi cabeza solo pienso en qué activos puedo colocar mi dinero para que me aporten una rentabilidad superior al 3% o al 6,1% para poder vencer este porcentaje y quedarme con algo. Las opciones se van reduciendo, las cuentas corrientes no aportan intereses, los bonos y letras quedan descartadas, las opciones que van quedando son, por un lado acciones o fondos de inversión.
Por otro lado, la única forma que veo de vencer la inflación y que no nos afecte tanto es aumentar los ingresos. Esto ya es más complicado. Aumentar los gastos es facilísimo pero aumentar los ingresos es otra historia. La clave es empezar a trabajar en nuestros ingresos pasivos. Aquellos que independientemente de nuestro salario van entrando en la cuenta corriente de forma automática. Un ingreso pasivo sería, por ejemplo, la renta que cobramos a un inquilino en un apartamento del que eres dueño. Los ingresos que recibes de la editorial en la que publicaste tu libro.
El dinero que recibes de Youtube por los vídeos de tu canal. Dale una vuelta y piensa en cómo puedes generar, ¿qué es lo que se te da bien y puedes vender?, ¿eres bueno dibujando?, ¿eres bueno elaborando plantillas de Power Point?, ¿se te da bien hacer diseños, podrías venderlos? Si además consigues que eso que se te da bien sea tu hobby, ¡has dado en el clavo!, los estudios dicen que aquellas personas que convierten su hobby en un trabajo son felices. O si no mira el típico refrán de “Elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo día tu vida”. Cuántos más ingresos de este tipo tengamos mejor, porque nos ayudan a complementar nuestros ingresos y a que no nos duela tanto el aumento de la inflación. Además, muchos de estos ingresos no llevan gestión o si la tienen es muy reducida.
Pasar a la acción
Después de ver todo lo anterior, en la vida me encuentro con personas que conocen mejor la teoría que yo, incluso me la enseñan, amigos que lo comentamos, lo entienden y lo ven claro, pero sin embargo, ¡no pasan a la acción! Y me cuesta entenderlo, no sé si es un tema de aversión al riesgo, de comprensión o de confianza. En la vida hay personas que se quedan en la parte teórica, pero no son capaces de ejecutar y llevarlo a la realidad, se quedan en el mundo de las ideas.
¡No seas un teórico, ejecuta y pon en práctica lo que sabes para que puedas demostrar si realmente valen la pena!
Invierte en lo que quieras, en lo que te apetezca, siempre que entiendas donde estás poniendo tu dinero y los riesgos a los que te enfrentas, ya sean acciones, bonos, letras, fondos de inversión, empresas, criptomonedas, un apartamento en la playa, una plaza de garaje, lo que sea, pero invierte. ¿A caso no vale la pena sembrar un poco hoy para recoger los frutos en el futuro? ¿Eliminar un capricho del presente para en el futuro poderlo disfrutar mejor y en mayor cantidad? Al final, si eres capaz generar nuevas fuentes de ingresos y recoger los frutos de tus inversiones lo que conseguirás es una mayor libertad porque no dependerás de nadie. Dedicarás tu tiempo a lo que a ti más te gusta, podrás decir que no y no tendrás que realizar trabajos por obligación, a eso lo podemos llamar libertad. ¡No olvides poner a trabajar a la ecuación del interés compuesto para ti!
Bibliografía:
“Cómo invertir en fondos de inversión con sentido común” Nuevos imperativos para el inversor inteligente. 4.ª Edición. John C. Bogle. Sobre el autor: John C. Bogle: es una leyenda de la inversión, fundador del mítico The Vanguarda Group, una de las empresas de inversión más respetadas del mundo, e inventor de los fondos indexados.
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Sobre el Autor
Samuel Tarife
Graduado en Economía por la Universidad de La Laguna y con Maestría en Dirección de Empresas por la misma universidad.
En la actualidad, ejerce como gestor de proyectos en Cajasiete, concretamente en el área de Estrategia. Además, es Miembro del Consejo Asesor en la Cátedra Cajasiete Big Data, Open Data y Blockchain y Vicepresidente de la Asociación Deportiva Radazul Sport Center.
Colabora en la temática de Recursos Humanos.
gestor de inversiones
Un post muy bueno! El sector económico, sin duda, a veces es difícil de entender. Aún de este modo, en este escrito se puede comprender mejor de que se trata el interés. De todas formas, siempre es aconsejable acudir a un profesional que te ayude con estos temas. Gracias por compartir! Saludos.
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