De Salarios y Guachinches

Desde hace unos meses no es inusual ver en los medios a distintos agentes manifestarse públicamente pidiendo subidas salariales no incrementales que permitan mejorar la capacidad adquisitiva de los asalariados con rentas medias y bajas de forma urgente.

Otras voces no se han hecho esperar.

Desde las patronales Canarias , pidiendo sosiego y algo más de tiempo para ser capaces de seguir creando empleo al ritmo actual, antes de tomar medidas que pongan en riesgo la competitividad de las empresas. Recordando también que más de la mitad del tejido empresarial no ha salido aun de los “números rojos” en los que le sumergió la crisis. Desde CEOE nacional ofreciendo una subida mayor que la de años anteriores y con un componente variable, sujeto a los resultados, que los sindicatos han rechazado.

Los agentes sindicales, evidentemente en el sentido de esa corriente natural de demandar mayores incrementos.

Y quizás la sorpresa ha venido desde el sector público, comenzó el Gobierno Central que anhelaba un incremento de recaudación del 3% para poder ingresar 4.000 millones en las arcas de la seguridad social, la misma cantidad que acaban de pedir prestada para pagar las pensiones de Diciembre (casualidad…) solicitud que continuó en nuestra tierra (Gobierno y Cabildos) y llegó hasta el corazón de Europa con el señor Draghi, solicitando también esa reclamada subida.

A uno, aunque nuevo en estas lides, ya le castigaban los higadillos en algún programa de radio mañanero con este asunto desde verano y por tanto el debate no le ha sonado a nuevo y le ha pillado con los datos en la mano:

Los incrementos salariales en Canarias son superiores a la media del resto del país y esto es una evidencia de que el empresario no le da la espalda a la cuestión.

El mix sectorial de Canarias justifica que aun así sigamos estando por debajo de la media salarial de España (6% PIB industrial vs 27% en el país vasco que está entre las comunidades con mayor salario medio).

¿Se hace algo para modificar esta situación?

Sin duda el empresario trata de buscar o consolidar oportunidades en sectores como el industrial, que no es fácil, donde las economías de escala juegan en nuestra contra y donde solo podemos defender nuestra renta de situación y nuestro REF para recuperar el terreno perdido. Pero a menudo los corsés normativos autoimpuestos lo impiden, véase el “acoso y derribo” a la refinería o el caso de la fábrica de capital ruso que trata de establecerse en Santa Cruz desde hace cuatro años y aún no ha podido poner la primera piedra. Y es que, aunque gusta la industria: sus salarios, su empleo directo e indirecto, sus impuestos y dividendos locales, también la queremos invisible, silenciosa e inodora, vaya contradicción.

Y mejor no hablar de la realidad en la que se encuentran los que tratan de lanzar nuevas actividades en sectores otrora exitosos como el de la construcción, con dinero y proyectos, pero paralizados ante planeamientos anulados o impugnados.

Además de lo anterior mi Presidente recordaba el otro día que los fenómenos de globalización tienden a centralizar los focos de decisión y gestión en lugares cercanos al centro de gravedad del negocio, y por ello se reducen o incluso suprimen los centros de servicios compartidos, las estructuras gerenciales y los cuadros directivos locales, normalmente muy bien retribuidos.

Y si seguimos en modo globalización también es un hecho que la no recuperación total de los niveles salariales tras la crisis está siendo un fenómeno que trasciende nuestras fronteras y ya se estudia como un comportamiento inusual de los mercados de trabajo a nivel mundial. Uno más que los expertos no saben explicar.

Y esta globalización aún no ha acabado, también trae perspectivas poco halagüeñas en otros sectores, por citar un ejemplo, la evolución del comercio tradicional al modelo de centro comercial y gran superficie parece que va a pasar a una fase en la que el ecommerce puede hacerse con un trozo de mercado a ritmo exponencial impactando negativamente en ese sector. En EEUU los centros comerciales están cerrando y alguna multinacional de la gran distribución basada en Canarias nos ha mostrado su profunda preocupación por el imparable avance de Amazon en su sector y que duda cabe que la economía de arrastre del sector comercial tradicional o el de la gran distribución es mucho mayor que la que conlleva el comercio electrónico.

Con todo esto alguien calificó esta situación post crisis como “the New Normal” dicho de otra manera que nos tenemos que hacer a ella, aunque no nos guste.

Y es un nuevo contexto que no gusta al coro mediático del que hablaba al principio del artículo, y tampoco a nosotros, el problema es si ese coro va a resolver el problema de raíz a base de declaraciones o si solo va a traer ruido, inconvenientes y tensiones a un mercado de oferta de trabajo que en silencio lo está haciendo bien en los últimos años.

No lo sé, aunque en este mundo de libertad de opción, nosotros preferimos aceptar el reto de cambiar estas tendencias imparables que no nos llevan a donde nos gustaría estar y seguir insistiendo y dedicando todas las energías a una  desregulación que favorezca la inversión pública y privada, al apoyo de nuevos empresarios que ayuden al crecimiento de nichos de empleo de calidad en sectores alternativos como las nuevas tecnologías, las energías renovables o la reparación naval en nuestra provincia, a la digitalización de los “empresas de toda la vida” para asegurar su supervivencia, a la lucha contra la economía sumergida que fomenta inequidades, a poner en valor en todos los foros posibles las bondades de nuestro REF  y a tender puentes con el sector educativo público y privado para que transformen el lamentable escenario del paro juvenil actual por una situación en la que ya se encuentran otras CCAA que tras alinear a sus “fábricas de trabajadores y empresarios” (léase universidades y centros de FP) con las necesidades del mercado  se enfrentan ahora incluso a falta de mano de obra para los relevos generacionales a corto y medio plazo. Bendito problema.

No parece una receta de restaurante tres estrellas de la Guía Michelín aunque algo de deconstrucción habrá que hacer… parece algo más básico, casi de guachinche, pero hay que ponerla en práctica.

Pensamos que aullar a la luna desde el patio no sirve de nada, si acaso ahuyenta a los clientes, metámonos en la cocina y dediquemos nuestros esfuerzos a transformar ese “New Normal”. 

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Sobre el Autor

Eduardo Bezares

Eduardo Bezares

Actualmente es secretario gral de CEOE Tenerife después de su paso como Responsable de Servicios y Desarrollo Comercial Cia de la Cervecera de Canarias. Comenzó como Ingeniero en Royal Dutch Shell en Holanda de donde pasó a CCC primero como parte del grupo cervecero SABMiller y ahora dentro de la primera empresa mundial de cerveza AB Inveb. Ha colaborado puntualmente en proyectos transformacionales de SABMiller en Europa y Asia.

Su experiencia en logística y estrategia comercial es reconocida a nivel empresarial , político y académico, detenta la Vicepresidencia de la Autoridad Portuaria de Tenerife. Además es profesor y conferenciante habitual en varias Universidades; invitado como experto por Deloitte en proyectos internacionales y Senior Asesor del Gobierno de Canarias ante la UE (proyecto Intraregio).

Líder de iniciativas fundacionales como el Cluster Canario de Transporte y Logística o las ONG´s AIESEC o IAESTE en Canarias. Tiene reconocimientos internacionales en el ámbito logístico, de estrategia comercial y también por actividades de voluntariado.

Colabora en la temática de Dirección y Emprendeduría.

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