Pasado y Futuro del Comercio Electrónico en Canarias

Es una obviedad decir que el comercio electrónico está en auge. Lo que no es tan obvio es decir que lleva en auge desde que nació Internet, y el primero en detectarlo es hoy una de las personas más ricas del mundo. Nadie imaginó hace 25 años que una librería online se convertiría en una de las empresas más grandes del planeta.

La sociedad ha cambiado, y comprar online es una realidad para el ser humano. Comprar sin tocar el producto. Informarse por opiniones de personas a miles de kms. de distancia, fuera de nuestros círculos de amistad o familia. Recibir la mercancía en la puerta de casa. Nada de esto era cotidiano hace 25 años. ¿Cómo será el futuro? No podemos saberlo. Pero en el presente, es vital vender online.

Las personas que compran online conocen los beneficios: comprar sin moverte de casa, encontrar productos fuera del alcance habitual, difíciles de encontrar, o simplemente únicos, precios competitivos, y tiempos de entrega cada vez menores. Puedes encontrar prácticamente de todo en Internet. Hay una desventaja, para determinados productos, que aún así se salvan con mucha comunicación y transparencia. Incluso la moda ha caído al comercio online, a pesar de las tallas, colores, tamaños, etc.

Las telecomunicaciones cambiaron el mundo. La ciencia, la política, el comercio, el marketing. Las grandes redes de telecomunicaciones permiten influir en la opinión de compra de personas a gran escala, con mensajes atractivos e inspiradores que empujan a la gente a comprar. Canarias es singular. Somos montañas que surgen en mitad del océano. Un territorio fragmentado. Nuestra lejanía nos permite conocer productos a través de las redes, pero no podemos adquirir lo que se nos propone. No enviamos a Canarias. Frustración. Más complejo parece vender fuera. Exportar. Complicadas trabas legales y aduaneras, gastos de envío elevadísimos por la lejanía a los centros de poder económico y político.

Podemos hacer algo. Aprovechemos las mismas redes de telecomunicaciones que nos alcanzan y nos frustran para ofrecer valor. Creemos productos digitales. Conocimiento. Por ejemplo:

• Cursos de formación.
• Servicios digitales.
• Software.
• Metabuscadores.
• Marketplaces.

Cualquier negocio de la nueva era tecnológica encaja bien en Canarias. Contamos con talento emergente, gracias a nuestras dos fantásticas universidades y, como no, el poder de Internet para ofrecer a nuestros jóvenes y profesionales formación continua y actualizada en tecnología. Múltiples plataformas de enseñanza en línea proporcionan formación en tecnología de forma asequible y conveniente.

Así, también se puede crear el valor añadido a través de organizaciones distribuidas, descentralizadas, desconectadas de un lugar concreto, pero conectadas por las redes; donde distintos elementos de la cadena de valor se conectan entre sí y son proporcionados por diferentes compañías. Transporte, almacenaje, marketing, atención al cliente. Sólo se necesita un núcleo duro de valor y conexiones con otras empresas, aportando más valor trabajando juntas que de forma independiente.

Esta visión requiere de tecnología. Y las posibilidades son enormes. Por una vez en la historia, la escasez no es un problema. Tenemos acceso a la tecnología puntera al mismo tiempo que otras partes del mundo. Incluso podemos colaborar en desarrollarla (open source). Está muy democratizada. Internet permite transmitir y comunicar el conocimiento puntero, para usarlo en beneficio de todos. Así pues, no es la tecnología, es como se usa. En Canarias, nuestra singularidad geográfica ha jugado en nuestra contra hasta ahora. Nos hemos sentido muy lejos. Pero hoy, con las posibilidades de la tecnología, emprender y crear nuevos negocios digitales está a nuestro alcance.