Ni los millennials son tan tecnológicos ni los sénior analfabetos digitales
Esta frase fue pronunciada por Manuel Naharro (experto en gestión del cambio y transformación empresarial) durante una jornada sobre la discriminación de los profesionales sénior y la necesidad de políticas de retención y contratación organizadas por IMF Business School y Plus40Net en estos pasados días.
Debo reconocer que algunos de los prejuicios que se citaron en esas jornadas, como asociar la juventud con la creatividad, la falta de ganas por aprender de los perfiles sénior, o incluso su escasa formación tecnológica, son elementos que, de alguna u otra manera, suelen aparecer en mi subconsciente a la hora de emprender un proceso de contratación o una colaboración profesional.
Si unimos nuestras tasas de natalidad (bajísimas) con nuestra esperanza de vida (altísimas), llegará el momento en el que por mucho que busques, sólo podrás encontrar talento senior, una especie de talento invisible actualmente para las empresas, independientemente de su tamaño.
El propio Manuel Naharro, indicaba que un porcentaje cercano al 55% del talento científico europeo se jubilará en el 2019, y lo mismo ocurrirá con el talento directivo ( en torno al 50% entre 2019 y 2020).
Quizás otro prejuicio es el de asociar talento senior a grandes salarios, un prejuicio que se podría mitigar si se hiciera uso de alguna de las ayudas a la contratación existente para mayores de 45 años. Sin embargo, también existen ayudas a la contratación para menores de 30 años, por lo que ese criterio, salvo que responda a la necesidad de contar con un perfil con experiencia específica en un ámbito concreto, siempre suele jugar a favor del joven.
Podría pensar un lector sénior que decantarse por el joven sólo responde a un criterio económico vinculado a que podría pagarle un salario más bajo al joven, y por otro lado, un lector joven podría pensar que no cuento con él por la falta de experiencia.
Podría darle la razón a ambos, pero no del todo, y la respuesta está en la frase que da título a este artículo pero con un pequeño cambio.
“Ni TODOS los millennials son tan tecnológicos ni TODOS los sénior analfabetos digitales”.
Digamos que, aunque efectivamente a todos los empresarios nos gusta rodearnos de gente joven (la juventud cotiza al alza), en la mayoría de ocasiones, es el perfil el que discrimina mucho más que la edad.
Sin duda alguna, la incorporación y retención de talento es algo crítico para cualquier organización,si bien, en el caso de micropymes y pymes, y salvo que cuentes con inversores o con un cashflow como el de Facebook, tus decisiones están basadas en el principio de acción-reacción, es decir, sólo contratos o productos estrellas (alta rentabilidad esperada), traerá consigo fichajes estrellas.
En definitiva, el talento, joven o senior, no es caro si es rentable para la empresas.
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Sobre el Autor
Pablo Díaz
Fundador y socio-director de EVM, donde además de labores de dirección, se encarga de liderar y gestionar el área de innovación pública. Además es co-autor de los libros "Open Government - Gobierno Abierto" (Algón Editores, 2010) y “Guía práctica para abrir Gobiernos” (Goberna America Latina, 2015). A nivel educativo es ingeniero industrial, con un Máster en Project Management y diferentes postgrados en gestión de la innovación organizativa.
También ayuda a otros emprendedores a convertir en realidad sus ideas. Algunos ejemplos son ZencityApp y eCivilis, iniciativas que buscan mejorar la gestión pública a través de la aplicación del paradigma del gobierno abierto, o Buong.TV, una plataforma online para la difusión de documentales centrados en mostrar la realidad social del mundo.