¿Eres un Oportunista o un Visionario?
Por Pablo Díaz, fundador y socio-director de EVM.
Cuando se cataloga a alguien de “oportunista” se suele hacer de forma negativa.
Al igual que ocurre con otros términos comúnmente usados en entornos profesionales, el oportunista o el oportunismo se suele asociar a aspectos negativos del empleado, del emprendedor o del empresario. Pero, ¿es justo identificar a una persona oportunista como alguien de poco fiar?
La definición que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española hace de oportunismo es la siguiente:
Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias que se ofrecen y sacar de ellas el mayor beneficio posible.
En su libro “Intuición Estratégica, La chispa creativa en la realización humana”, el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia en New York, William Duggan, nos ayuda a comprender lo que él denomina “intuición estratégica” a través de diferentes ejemplos de la historia, entre los que destaca el caso en el que describe los puntos de vista, totalmente diferentes, que dos grandes de la estrategia militar y moderna Von Clausewitz y Antoine Jomini, tenían para explicar como Napoleón se convirtió en uno de los mayores genios militares de la historia.
Elija el lector de la siguiente tabla la afirmación con la que esté más de acuerdo:
A |
B |
Uno puede lograr cualquier cosa que quiera si cree en sí mismo, fija metas claras y trabaja duro. |
Uno puede lograr muchas cosas si se prepara para la oportunidad, la ve y actúa en consecuencia. |
- Para Jomini, Napoleón ganaba porque tenía más fuerza que el enemigo en el punto objetivo → Enfoque A
- Para Von Clausewitz, Napoleón ganaba porque tenía más fuerza en el punto decisivo → Enfoque B
El pragmatismo y la conocida como intuición estratégica conducen a B, pero la mayoría de la gente se decanta por la A.
En la planificación estratégica de Jomini se selecciona primero el punto objetivo y luego se planifica cómo alcanzarlo. Estos pasos de donde estamos(punto A), dónde queremos llegar (punto B) y cómo vamos a llegar (plan para ir de A a B) son reconocibles como los mismos pasos usados en la planificación estratégica tradicional y utilizada actualmente en los negocios y otro tipos de organizaciones.
Para Von Clausewitz, sin embargo, el punto decisivo surge como parte del panorama que se ensambla en la mente, de modo que no se arranca con un punto objetivo en mente de antemano. Es lo que Von Clausewitz denomina “coup d’oeil”(golpe de ojo o vistazo), y que, hoy en día, la neurociencia moderna interpreta como un destello de lucidez de la memoria inteligente[1].
En opinión de Jomini, la visión llega primero y luego el rumbo para alcanzarla, lo que yo denomino una persona visionaria.
En opinión de Von Clasusewitz, el destello de lucidez llega primero y luego viene la visión de a dónde lo llevará, lo que yo denomino una persona oportunista, y que es una característica clave de la innovación estratégica en los negocios y las organizaciones.
Otro buen ejemplo de la Historia nos lo ofrece Cristóbal Colón. El Navegante sirve de asombroso ejemplo de A, no de B. Encontramos mucho que admirar en su actitud positiva y en su determinación por lograr sus metas y sueños. Sin embargo, ¿queremos realmente hacer caso omiso a toda evidencia de la experiencia pasada y embarcarnos a la espera de que un continente desconocido se nos aparezca y nos salve? Un visionario…
El profesor Duggan define la intuición estratégica como la disciplina que combina el pensamiento racional y la creatividad por medio de lo que denomina destellos de lucidez (flashes of insights). Esa especie de momento de entendimiento en el que nuestro cerebro es capaz de unir toda la información y el conocimiento que acumula para ver con claridad la solución a un determinado problema o a una determinada situación, normalmente inesperada. Siguiendo este planteamiento, el autor sostiene que la intuición estratégica aplicada a la gestión empresarial, puede ayudar a dirigir la innovación, a resolver problemas y a capitalizar al máximo oportunidades de negocio no previstas.
A medida que adquirimos experiencia profesional, empezamos a reconocer esquemas que nos permiten resolver problemas parecidos cada vez más rápidamente. Esta es la intuición experta. En situaciones nuevas, nuestra mente toma más tiempo en hacer nuevas conexiones para encontrar una buena solución. Un destello de lucidez ocurre en un solo instante, pero pueden necesitarse semanas, meses o años para que ese momento llegue.
En un artículo posterior titulado “Steve Jobs: Visionary or Opportunist?”, Duggan describe cómo mucha gente consideraba a Steve Jobs un visionario, algo así como un Colón de nuestra era, pero, ¿son Steve Jobs, los chicos de Google, Bill Gates o cualquier emprendedor u hombre de negocios con éxito empresarial a través de una innovación estratégica una persona oportunista o un persona visionaria?
Yo, al igual que William Duggan, lo tengo claro, Jobs era un oportunista (en el buen sentido de la palabra, por otro lado, el literal si evitamos hacer juicios de valor a priori) y posiblemente dotado de una gran intuición estratégica (seguramente siempre elegía el enfoque B).
Steve Jobs hablaba de alguna forma como un visionario, pero ¡no actuaba como tal! Fue un oportunista durante casi toda su carrera profesional.
Lo primero que hizo fue crear el Apple II con Steve Wozniak a través de usar piezas que ya existían, su idea fue combinarlas para crear el Apple II porque intuyó una oportunidad de negocio.
A continuación creó el Macintosh, que era, en esencia, el Apple II más un ratón y una interfaz gráfica de usuario de Xerox que Jobs vió en un visita a dicha empresa (pasa a ser parte de su experiencia). De nuevo, una combinación y no algo completamente nuevo. Luego vino su gran error, quiso crear el mejor ordenador del mundo (software y hardware) desde 0. Durante 10 años estuvo persiguiendo su visión de crear el mejor ordenador del mundo, pero al final no funcionó, y Jobs fue despedido por el consejo de administración de la empresa que fundó.
En su regreso, Jobs volvió a ser el del principio, su mensaje era de visionario, pero actuó como un oportunista, recorriendo el mundo para conocer los avances tecnológicos en diferentes áreas que luego combinó para generar productos vanguardistas que todos conocemos y usamos a día de hoy.
El propio Jobs lo admite en una entrevista que dio al medio estadounidense Wired:
“La creatividad es simplemente conectar cosas. Cuando le preguntas a las personas creativas cómo hicieron algo, se sienten un poco culpables. Eso es porque no lo hicieron, simplemente vieron algo ... Se pudieron conectar ... y sintetizar cosas nuevas.”
Quizás es tiempo de empezar a usar la palabra oportunista de forma positiva,
Y tú, ¿te consideras un oportunista o un visionario?
[1] La teoría de la memoria inteligente por la que Eric Kandel recibió el premio Nobel en 2000, dice que las ideas que tenemos son simplemente la combinación de historias y conocimientos que tenemos ya guardados. Se combinan al azar y así aparece una nueva idea. Eso ocurre fundamentalmente en el inconsciente, que es el 80% de nuestro cerebro.
Sobre el Autor
Pablo Díaz
Fundador y socio-director de EVM, donde además de labores de dirección, se encarga de liderar y gestionar el área de innovación pública. Además es co-autor de los libros "Open Government - Gobierno Abierto" (Algón Editores, 2010) y “Guía práctica para abrir Gobiernos” (Goberna America Latina, 2015). A nivel educativo es ingeniero industrial, con un Máster en Project Management y diferentes postgrados en gestión de la innovación organizativa.
También ayuda a otros emprendedores a convertir en realidad sus ideas. Algunos ejemplos son ZencityApp y eCivilis, iniciativas que buscan mejorar la gestión pública a través de la aplicación del paradigma del gobierno abierto, o Buong.TV, una plataforma online para la difusión de documentales centrados en mostrar la realidad social del mundo.