Emprendimiento femenino, ¿realidad o ficción?

Hace casi un año, en concreto en Mayo de 2017, tuve la oportunidad de compartir reflexiones y análisis en un Foro celebrado en Gran Canaria sobre el Emprendimiento de las mujeres en las Islas, el 3rd Gran Canaria Summit 2017 - SF International Women Entrepreneurs Forum. A lo largo de dos días, se habló de la realidad de las mujeres en el sector empresarial, su visibilización, presencia en los sectores productivos y emprendimiento y el papel que juegan en el ecosistema empresarial de las Islas. Cuando empecé a preparar la intervención, asumía que Canarias tenia las condiciones óptimas para ser un escenario favorable para el emprendimiento femenino, pero surgieron numerosas contradicciones. Si bien, partimos de la base que Canarias tiene una posición geo-estratégica privilegiada en cuanto al flujo de relaciones comerciales, económicas, financieras…, la realidad que estaba registrando era otra. Más allá del menor porcentaje de mujeres emprendedoras en determinados sectores, cuando nos centramos en áreas de tecnología e innovación la cifra es más crítica todavía.

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En numerosos espacios de debate, donde se habla de la consolidación de un marco legal que favorece la igualdad y las oportunidades, parece que se obvia la realidad y no se tienen en cuenta los datos ni la existencia de estereotipos que continúan produciéndose. El ecosistema emprendedor e innovador en Canarias cuenta con un número importante de herramientas e instrumentos de financiación, tanto desde el ámbito público como desde el ámbito privado. Existen, por tanto, recursos económicos o en especie, que ayudan, a priori, a emprender. Entidades como Sodecan, Proexca o la ZEC contribuyen a consolidar parte de este ecosistema. La población de las Islas está formada, preparada, con talento, con capacidades y habilidades, con recursos. Es una generación sobradamente preparada, donde las mujeres son el 50%, por lo tanto, son capaces, tienen talento y están formadas. Pero, ¿dónde están?

Si bien todo indica que el entorno es favorable, los datos apuntan que este emprendimiento es mayoritariamente masculino, porcentaje que se acentúa cuando hablamos de emprendimiento en áreas de innovación, de startups o de empresas de base tecnológica. En estos casos, sólo el 17% del emprendimiento tecnológico es de mujeres, y cuando se producen es gente joven, siendo la media de 36 años. 2,5 fundadores de media por startup y 1 de cada 5 es mujer. Sólo el 10% de startups femeninas reciben financiación de capital semilla a pesar de que son también las empresas que menos ratios de fracaso registran, según el Mapa del emprendimiento de Spain Startup, 2017. El 11% de las mujeres emprendedoras obtuvieron ayudas y préstamos del Gobierno o CCAA en el 2016, el 36,5% recurrió a la autofinanciación, el 23% a la familia y el 7% consiguió apoyo económico a través de inversores privados y business angels, según la Radiografía Sage de la mujer emprendedora (2016).

Asumimos, además, que los retos de la época de la inteligencia en red y de la transformación digital suponen un sinfín de oportunidades para emprender y abrir nuevas líneas de negocio, que estarán muy vinculados a sectores tecnológicos. La relación entre tecnología y emprendimiento parece lógica. No obstante, los datos también dicen que cada vez hay menos mujeres en formaciones vinculadas a la tecnología, la ingeniería, las denominadas STEM. Sólo 29 de cada 1.000 mujeres graduadas está titulada en informática o en alguna formación relacionada, según datos de la CE (2016), el 4% continúa su carrera en el sector de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y el 70% de los puestos tecnológicos están ocupados por hombres (datos del Instituto de Empresas). Con lo cual, vuelve a producirse un desajuste en esa relación y presencia de las mujeres en posibles áreas de emprendimiento de futuro.

Pero es más, cuando vamos a otro plano de análisis que es la representación de la mujer en el sector empresarial, tampoco se registran datos mejores. Buena muestra de ello es el la foto de recepción de los Reyes de España, en Presidencia del Gobierno de Canarias, con el tejido empresarial de las Islas en el 2017. De esa imagen, de 4 mujeres, sólo 2 eran representantes empresariales, el resto presencia masculina. Pero cuando vamos a los datos de los Comités ejecutivos de las dos principales asociaciones empresariales de las Islas, CEOE y CEE, el ratio es de 2 de 27 y 1 de 23 respectivamente.

En un momento de debate sobre la presencia de las mujeres en numerosos escenarios, lo que sí parece claro es que ella no ocupan las portadas de periódicos ni tienen, en ocasiones presencia en grandes eventos, pero demuestran con su trabajo diario y su constancia que el emprendimiento femenino existe, que hay talento no visible, pero está. La transformación del empleo y la transformación del entorno son una oportunidad para emprender, donde el emprendimiento femenino es una realidad, aunque no sea tan visible como sería necesario. Emprendimiento femenino, una realidad a la que hay que dar visibilidad. ¿Dónde está la explicación? ¿Cuál es la razón? ¿Dónde está el reto?

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Sobre el Autor

Sonia Pagés Luis

Sonia Pagés Luis

Doctora en Sociología por la Universidad de Granada, Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, Postgrado en el CIS en Técnicas de Investigación Social, MBA Executive y Experta en Habilidades Directivas. Certificada como facilitadora y diseño de Workshops en LEGO® SERIOUS PLAY®. CEO en Hub For Africa.

En los últimos años, su desarrollo profesional ha estado ligado a la consultoría de proyectos en el ámbito del emprendimiento,  de la innovación y la tecnología, y al ejercicio de la docencia, en varias escuelas de negocios y en empresas en el ámbito de las habilidades directivas, gestión y diseño de proyectos y metodologías ágiles.

Curiosa, apasionada de los procesos de aprendizaje basados en la experiencia y en constante alerta para detectar nuevas tendencias y procesos de transformación, colabora como consultora externa con varias empresas de las Islas. 

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