Liderazgo y emociones
¿Es posible gestionar un grupo y obtener lo mejor de ellos dejando de lado las emociones? Rotundamente no.
No hace mucho escribía, en un artículo titulado “Recursos Humanos y gestión pública eficiente”, que haberme encontrado, en mis años de gestión de personas en el ámbito público, un capital humano generoso y comprometido no había sido cuestión de suerte.
Para ello, decía, es preciso haberse dotado de estrategias y habilidades que nos permitan pasar de una gestión puramente administrativa de los recursos humanos a una gestión moderna, basada en las personas, logrando lo mejor de cada una y aprendiendo de ellas, buscandoun sistema en el que las relaciones profesionales se basen en la confianza y la cooperación mutua.