Hay muchas creencias en torno la profesión que afectan a nuestras elecciones y nunca nos hemos detenido a validar: el trabajo es esfuerzo, el trabajo no tiene que gustar, es mejor cambiar de trabajo cuando ya lo tienes, tienes que agradecer que al menos tienes trabajo…
En realidad, son medias verdades o incluso posverdades. Es decir, mentiras emocionales que entroncan con nuestros miedos y nos encajan a presión en un razonamiento sin contrastar, que aceptamos como propio.
Escrito por María-José Dunjó
el Martes, 09 Julio 2019.
Publicado en Recursos Humanos
Cerca del final de esta segunda década de siglo, en el mundo empresarial comienzan a afianzarse algunas realidades que difícilmente podrán ya cambiar. La primera es que, en un entorno cada vez más global y ferozmente competitivo, a las empresas les es más complicado atraer el talento mediante salarios altos.
La segunda es que las personas, no sé si conscientes de este hecho o por un cambio cultural, comienzan a demandar trabajos de mayor calidad que les permitan conciliar su vida laboral, personal y familiar.
Las personas siguen queriendo tener buenos salarios, no nos engañemos, pero están dispuestas a renunciar a parte de este si, a cambio, pueden disponer de tiempo. Tiempo para formar una familia, atender y cuidar a sus hijos y familiares, para el deporte, el ocio y la cultura, el descanso e, incluso, tiempo para su propia formación. Además, también esperan calidad en el trabajo.
Escrito por Javier Fernandez García
el Jueves, 17 Enero 2019.
Publicado en Recursos Humanos