De proyecto a empresa, un camino que pasa por conocer a nuestros aliados
Cuando emprendemos un proyecto debemos tener en cuenta tres factores imprescindibles: la calidad de la idea, la viabilidad empresarial y su introducción en el mercado, que no es otra cosa que su comercialización. ¿Puede ser viable un producto que no se vende? La respuesta es no. Sin ventas no hay ingresos y sin ingresos, no hay empresa, así que, aquello que comenzó como un proyecto morirá como un proyecto.
Todas las personas que vivimos en sociedad, aportamos a la red comercial nuestro granito de arena y más aún si nuestro ámbito geográfico es una zona tan acotada como Canarias, donde la reputación, los contactos y un histórico personal, marcarán el futuro del proyecto.
Todo ello dependiendo además de nuestro nivel de compromiso, conocimiento y de nuestra capacidad de influencia, pudiendo ser informadores, prescriptores o intermediarios.